Stay with me | Eddie Munson [PAUSADA]

14 - Hazme el amor lento y suave

⚠️+18: ESTE CAPÍTULO CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO, LEER BAJO VUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD ⚠️

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Narra Isabella:

— Somos dos adultos que, por mucho que lo niegues, se desean.— enredé mis dedos en su frondosa cabellera— No sé que mal haríamos si nos amaramos, Eddie.— susurré sobre sus labios— Estoy dispuesta a correr el riesgo de confundirme más, si es lo que te preocupa, pero me gustas mucho, Eddie, no sabes cuánto...— no pude contenerme más y le besé de nuevo en los labios— Quiéreme, aunque sólo sea una noche... Aunque sea mentira...— le miré a los ojos mientras le susurraba con dulzura.

— Isabella...— su respiración era agitada y su mirada no se desviaba de mis labios. Estaba claro que él quería lo mismo— Me estás matando...

— Sólo hazme el amor, Eddie.— una de mis manos se posó en su mejilla para repasar, con mi dedo pulgar, el recorrido de sus gruesos labios— Quiero sentir que te pertenezco, al menos una vez.— jadeé sobre su boca mientras mi lengua acariciaba sus labios— Házmelo lento y suave.

— Joder, mierda.— el deseo se dibujó en su mirada a la vez que inspiraba con fuerza.

Mis piernas, cubiertas por una simple falda, seguían envolviendo su pelvis mientras me mantenía sentada sobre mi tocador. Después de esas últimas palabras, el silencio inundó la habitación y Eddie soltó un bufido antes de inclinarse sobre mi para callarme con un beso. Un beso lleno de rabia y pasión contenida.

Apretó su cuerpo contra el mío, sintiendo la fricción de su abultado pantalón contra mi zona íntima provocando que un tenue gemido de ambos inundara nuestras bocas. Llenó mis labios de él, dándome el aliento que me faltaba; metiendo su lengua en mi boca para jugar con la mía.

Sin dejar de saciarnos con besos llenos de lujuria, sus grandes y robustas manos se apretaron contra mis muslos por debajo de mi falda. El frío contacto de sus anillos contra mi piel y sentir sus manos tan próximas a mi zona más sensible me hizo estremecer. Mordí su labio inferior como respuesta y sintiendo como eso le excitó más.

Mis manos le correspondieron buscando sentir la piel de su espalda dentro de su camiseta. Con la yema de mis dedos, acaricié y recorrí cada recoveco de su dorso hasta conseguir deshacerme de la prenda que lo cubría separando por un momento mis labios de los suyos. Me mordí el labio inferior, deseosa, a la vez que me deleitaba observando y deslizando mis manos a través de su perfecto y tatuado torso desnudo.

— Isabella...— alcé la mirada para encontrarme con las pupilas dilatadas de Eddie mientras éste sujetaba mi muñeca deteniendo mi delicioso paseo a través de su vientre—Si sigo, no sé si podré parar...— gruñó sobre mis labios con la respiración agitada.

— No pares. Bésame, tócame.— mis manos se posaron en su nuca— Soy tuya.— acaricié mis labios contra los suyos.

Esas simples palabras, ese simple roce de nuestros labios, fue el desencadenante de que todos sus deseos se liberaran. Estábamos completamente sedientos el uno del otro, calmando esa sed con besos llenos de lujuria, excesos y jadeos.

Sus manos, al fin decididas, se introdujeron debajo de mi camiseta. Sus toscos dedos trazaron cada curva de mi torso mientras, lentamente, iba subiendo la prenda de ropa que me cubría. Dejó mis labios para dejar sutiles besos en mi cuello, sintiendo como sus pulgares rozaban la piel más cercana a mis pechos, descubiertos por la falta de sostén. La sensación de sus labios en mi cuello y sus manos cerca de mis senos hizo que súbitamente sintiera un hormigueo en mi espalda y echara la cabeza hacia atrás soltado un soplido de excitación.