Capítulo 12. Una noticia: Dos opciones

33 2 0
                                    

Los días se vuelven más rutinarios y cansados para mí, Orson había aceptado el hecho de que Mara fuera feliz con Paul, Marcel acepto que su hermano tiene una vida ajena a la de él, y James, el simplemente dejo pasar la situación para no seguir incomodando a terceros.

Por otro lado, Tyler no deja de sentirse culpable por Ainara, y me pregunto si ella está bien o si, sigue sufriendo por culpa de alguien indeciso.

No he sabido nada de Daira, ¿será que confundí el destino con una simple casualidad? Ojalá no sea así. Algo dentro de mí, sabe que ella y yo, no estuvimos ahí por casualidad.

—Joven Adams, lo busca el joven Jones —escuche a la señora Smith desde el teléfono empresarial.

—¿Jones? Puede pasar.

He escuchado ese apellido, estoy seguro.

—Buenos días —dijo el chico quien cerraba la puerta con cuidado —¿Julien? —dijo abriendo los ojos de par en par.

—Vincent Jones —remarqué cada una de mis palabras —. Con que eres tú el joven Jones, ¿Qué te trae por aquí? —pregunté esbozando una sonrisa.

—Supongo que hemos estado haciendo negocios anónimamente —expreso amablemente.

—Al parecer es así...

Quería preguntarle si Daira se encontraba bien, pero algo me limito.

—Mi padre quiere asegurarse sobre el contrato para el nuevo proyecto, me pidió que viniera para que firmaras tu respuesta —retomo la conversación, dándome un folder con los documentos.

—Por supuesto, ¿Dónde firmo? Y dile a tu padre que no tiene nada de qué preocuparse, el proyecto será todo un éxito, dalo por seguro —afirme seguro de mí mismo.

—No es que no confiemos en ti, pero por experiencia de mi padre, le es difícil confiar ciegamente en las personas, aunque tu padre y el mío, se llevan muy bien, por lo que se, se conocen desde hace mucho tiempo, pero... Espero puedas comprender.

—No te preocupes, comprendo el punto al que quieres llegar —dije y al mismo tiempo firmaba el documento avalado por ambas empresas.

Sonreímos mutuamente.

Su sonrisa es cuadrada y muy adorable.

—Jul, ¿puedo pasar? —intervino Orson tocando suavemente la puerta.

—Adelante...

Entro sutilmente, no como estaba acostumbrado a entrar, pero, siendo honesto, se lo agradecía, no estábamos solos. Y él lo sabía.

—¿Vincent? —preguntó Orson demandando sorpresa —. ¿Qué te trae por aquí?

Yo estaba confundido, ¿se conocen?

—Orson, tanto tiempo sin verte —respondió y pude notar cierta nostalgia en su rostro —. Necesitaba la firma del CEO —agregó intentando sonreir.

—Oh, lo entiendo, me alegra mucho volver a verte, ¿has estado bien?

—Sí, gracias, ¿Mara lo está? —preguntó bajando su mirada.

—Ella se encuentra bien, gracias por preguntar —respondió dándole suaves golpecitos en su espalda.

Probablemente fueron amigos de la infancia, entonces, ¿Orson conoce a Daira?

—Supongo que estamos caminando en círculos —volvió a hablar Vincent y todo mi cuerpo reacciono ante lo que dijo. Ya no puedo esperar más, necesito saber sobre ella.

—¿Tu hermana está bien? —pregunté intentando no sonar tan golpeado.

—Me gustaría decirte que está perfectamente bien, pero no, su mejor amigo la está acorralando silenciosamente, ella no se da cuenta porque es muy ingenua, pero cuando digo que alguien me da mala espina es porque realmente no tiene buenas intenciones con los que le rodean —expresó con la voz en un hilo.

—¿Tienes una hermana? —preguntó Orson con cierta curiosidad.

—Es mi media hermana, pero la amo con todo mi ser —respondió y la comisura de su boca se curvó.

—¿Puedo hacer algo por ella? —inquirí con preocupación.

—Ni yo mismo sé que hacer para ayudarla, hace mucho tiempo hicieron una promesa, si los dos llegaban a los 27 años solteros, se casarían. Le he dicho muchas veces que si no lo ama no tiene por qué casarse con él, pero ella es lo suficientemente leal y romper promesas no está dentro de su vocabulario, ¿no creen que esa promesa es tonta?

Asentí intentando no mostrar mis sentimientos.

—¿Ya cumplió los 27 años? —cuestionó Orson.

—No, aun no, pero él intenta adelantar esa promesa, dice que, si no han tenido pareja desde hace años, ¿quién los estará esperando en unos meses?

Yo. Fue lo único que pude pensar.

—¿Qué opinan tus padres? —pregunte saliendo de mi orbita.

—Su madre no lo acepta, sabe que no siente nada por él, pero ¿Quién le hará entrar en razón? Siendo honesto, ella es muy terca. Aunque si analizo su situación...Podría estar escapando de sus propios sentimientos.

—¿Por qué lo dices? —preguntamos al unísono Orson y yo.

—Estoy seguro de que alguien le gusta, pero no recibe respuestas, por eso no tiene otra opción más que casarse con su amigo de la infancia —dijo intentando acomodar sus ideas, llevando su cabello hacia atrás con la ayuda de sus manos.

¿Sera prudente decirle que Daira me gusta? No, lo mejor es que me lo guarde.

—Si puedo ayudarte con algo, lo haré con mucho gusto —solté sintiendo remordimiento por mí mismo. Perderé la oportunidad de estar junto a ella por el miedo a ser rechazado por primera vez.

—Disculpen mi falta de ética, vine a firmar un documento y terminé contándoles una de mis preocupaciones.

—No te preocupes, gracias por la confianza que nos tuviste —añadió Orson dedicándole una sonrisa.

—Es momento de marcharme, nos estaremos viendo más seguido una vez que el proyecto se ejecute —dijo amablemente dando una reverencia para después salir de la oficina.

Después de unos segundos en silencio la voz del pelinegro me ayudo a despojarme de mis propios pensamientos.

—¿Todo en orden Julien Adams?

—Me gusta la hermana de Vincent —solté sin pensar en nada.

Trague saliva.

Cambie de postura relajándome en el asiento. Siento todo mi cuerpo pesado.

—¿Eh? ¿Desde cuándo la conoces?

—No lo sé... O quizá sí, pero, saber que se puede casar con alguien más, me hizo preguntarme si, soy digno de estar con alguien como ella, ¿podría al menos intentarlo?

—Inténtalo, si al final de todo, te das cuenta que los sentimientos no van en ambos sentidos, lo mejor sería soltar.

—¿Estarás ahí por si caigo?

—Estaré ahí, Jul.

Sonreí ampliamente.

Si el amor al final del camino no es para mí, tengo con quien refugiarme ante una tormentosa batalla. Orson Brown.

Al final solo tengo dos opciones: Intentarlo o rendirme con remordimiento.

Al otro lado de la LunaWhere stories live. Discover now