Capítulo 15. No es el fin... Es el principio de todo.

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Supongo que en verdad así es la vida...

A veces creemos tener bajo control alguna situación en particular, pero eso es falso. Las situaciones son totalmente impredecibles, las personas somos lo contrario a eso. Daira se marchó del lugar después de aceptar ser la dueña de las notas que llegaron a mí, se fue dejándome con el corazón entre las manos.

Los días avanzan más rápido de lo normal, y a medida que pasa eso, siento que mi tiempo no está siendo razonable conmigo.

El reloj de arena que está jugando con mi mente se apodera de mí. Cada grano que cae, me debilita y es cierto, ahora sé que el destino me tiene planes diferentes.

Tan solo somos seres lanzados en el tiempo.

Pero.

¿Es el tiempo algo real o una mera coincidencia?

Depende de cada individuo y su percepción.

Lo que yo perciba nunca será igual a lo que perciban las personas que están a mi alrededor.

Pareciera que algunos individuos corren a toda prisa y muchos otros están aletargados en el tiempo. ¿Cuál es la diferencia? Si ambos lados huyen de algo.

Suspiré una y otra vez.

La sensación de sentirme mareado por culpa del viento que divaga por mi mente, cansa.

El único recuerdo que tengo de aquella noche, fue la última conversación que tuve con ella.

¿Victoria o derrota?

—¿Te das cuenta de lo que has hecho? —intervino dirigiendo rápidamente su mirada hacia mí, después de escuchar mi voz.

Negué con la cabeza.

—¿Crees que me salvaste? Jav no sabe lo que dice, esta ebrio, pero, ¿y tú?

—Se perfectamente lo que estoy diciendo.

—Julien, me siento avergonzada, ¿dejaras pasar el hecho de que soy quien envió esas notas?

—¿Te harás responsable? Si es así, solo gusta de mí, yo me encargaré del resto.

—Tengo miedo.

—¿Miedo?

—No quiero correr cuando ni siquiera se caminar.

—Estaré esperando por ti.

Vi como las lágrimas corrían por sus mejillas.

La verdad es que no lo entendí. Solo me arme de valor para verla marchar.

Encontré mi camino cuando te conocí.

Quise gritarlo a los cuatro vientos, pero me limite.

No es el fin... Es el principio de todo.

—Joven Adams, ¿Todo está en orden? -escuché hablar a la señora Smith.

Asentí con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa.

—Comuníqueme con Orson, por favor.

—Permítame.

Me dirigí a la oficina y acepté la llamada que me transfirió la señora Smith.

—¿Me extrañas? —preguntó divertido.

—Diría que sí, pero no, ¿Cómo va todo por allá?

—Japón nos trata bien, aunque todos preguntan por el CEO.

—No por nada mande al mejor amigo del CEO.

Reímos.

—Regresaremos en una semana, no me extrañes tanto.

Al otro lado de la LunaWhere stories live. Discover now