Capítulo 3

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Lo subo hoy porque mañana estaré fuera de casa todo el día. Disfruten <3

Canción del capítulo: Everywhere - Niall Horan

TW: no se narra un ataque de ansiedad como tal ni de pánico, pero si hay un momento en que uno de los personajes la siente bastante fuerte. 

*

Es domingo, y Raoul tiene que preparar las clases de la semana. Es domingo, y Raoul está tratando de concentrarse en el trabajo. Es domingo y, por cada cinco minutos que Raoul pasa concentrado en el trabajo, pasa otros veinte pensando en los tres orgasmos que compartió con Agoney en una noche y una mañana. No sabía que, solo pensando y recordando, podía llegar a frustrase sexualmente en apenas un día. O eso quiere creer.

En el fondo, no puede parar de pensar en Agoney porque hacía mucho tiempo que no se había sentido tan cuidado, protegido y querido en el sexo como con él. Le preocupa sentirse así con una persona con la que supuestamente solo ha compartido dos noches de sexo sin más, así que prefiere camuflarlo con que vuelve a estar cachondo por el recuerdo del moreno gimiendo bajo suyo en lugar de enfrentar sus verdaderos sentimientos.

Después de media hora más tratando de enfocarse en el trabajo, cuando se da cuenta de que su erección empieza a crecer más de lo que le gustaría y que, definitivamente, no va a lograr nada en ese estado, decide darse una ducha fría. ¿Lo malo? El día anterior, hacía poco más de veinticuatro horas, Agoney lo folló contra los azulejos del baño, así que el agua helada acaba siendo inútil y no puede evitar llevar su mano a su polla para hacerse una paja.

Una vez que pasa el estado post orgásmico, apoyando la cabeza en su antebrazo y con un suspiro, logra trabajar dos horas concentrado hasta que anochece, cena y se mete en la cama con una sensación de comodidad que había extrañado en el último tiempo.

*****

—Bueno, ya está —habla Ana, cuando ya ha pasado la mitad del recreo y están solos en la sala de profesores—. Ya aguanté mucho tiempo, así que ¿me vas a contar cómo salió la cita?

—Como la puta mierda, muchas gracias —contesta, escondiéndose tras su taza de café.

—¿Qué? ¿por qué?

—Porque tu amigo resultó ser un auténtico gilipollas...

—¿Pero?

—¿Cómo sabes que hay un pero?

—Porque te conozco como a nadie, Raoulín. —Guiña un ojo.

—Pero...—suspira—. Yo tampoco llegué muy entusiasmado a la cita. Sé que cuando te hablé quería que todo saliera bien pero, no sé, con la tarde me volvió el bajón y ya no quería nada.

—¿Y por qué tienes cara de haber follado?

—Porque que la cita no haya salido bien no significa que no haya follado —sonríe y esta vez él guiña el ojo.

—¡Pero Raoul, esas cosas se cuentan! —Exclama la chica.

—No es como que sea algo nuevo en mi vida, amiga.

—Vale, no, no es algo nuevo. —Rueda los ojos—. Pero siento que algo fue distinto esta vez, tienes una cosa, un algo que no logro identificar distinto al de los últimos dos meses.

—Ya... —Se sonroja y vuelve a esconderse tras su taza. No va a admitir frente a su mejor amiga que volvió a follar con el morenazo de la semana pasada, más porque no quiere enfrentar lo que significó que porque no quiera presumir del polvo que tanto disfrutó.

Arms of a StrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora