Canción del capítulo: De Cero - Morat
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Raoul bufa luego de revisar el móvil, otra vez, y darse cuenta de que aún no tiene respuesta. Sabe que Agoney está teniendo días agitados porque se han asegurado de, aunque sea, mensajearse todas las noches. Han pasado casi diez días desde la escapada a Barcelona en los que apenas han podido verse y, si lo han hecho, ha sido algo apresurados a la hora de comer en algún restaurante cercano al trabajo de Agoney. El fin de semana el canario tuvo que hacer un pequeño viaje a Extremadura para coger el caso de unos clientes importantes, así que tampoco pudieron verse. De todas maneras, aunque han encontrado pequeños ratos para estar juntos, todavía no logrado encontrar el momento adecuado para tener la charla que saben que deben, y quieren, tener.
A él, por otro lado, los días en espera de la charla y sin mucho que hacer se le están haciendo eternos y pesados. El calor de Madrid no ayuda y, aunque ha quedado un par de veces con Ricky, sigue teniendo la mayoría del día libre sin tener que corregir exámenes, revisar tareas y planificar clases. Por momentos, se reprocha estar enamorado de un abogado porque, tal vez, si no tuviera tanto trabajo podrían hacer alguna escapada o tardarse unos minutos extra a la hora de comer para aprovechar el tiempo. Sin embargo, ese pensamiento deja su mente tan rápido como llega porque es de Agoney de quien está enamorado.
Agoney, que trabaja hasta tarde durante la semana para pasar los fines de semana a su lado. Agoney, quien por muy ocupado que esté, se preocupa de enviarle un mensaje de buenas y uno de buenos días sin falta e, incluso, hasta le dedica unos minutos extra para charlar un poco. Agoney, que lo acompañó en sus momentos de mayor fragilidad. Y Agoney, que le quitó las inseguridades a besos y le cuida con cada caricia.
Siente las mejillas rojas por recordar todo lo que es Agoney para él y todos los sentimientos que le provoca. Sacude la cabeza mordiéndose la sonrisa al darse cuenta de que estaba revisando el móvil, inconscientemente, otra vez. De nuevo, no hay respuesta, pero sabe que es porque es media tarde, el momento de mayor trabajo en la firma, y el día perezoso no ayuda a que el tiempo pase más rápido. Sabe, también, que Agoney le contestará apenas pueda porque así llevan funcionando los últimos días y, en realidad, así han funcionado siempre. Revisa la app de mensajería por última vez y después de contestar los mensajes que le manda Ana desde Gran Canaria se queda dormido sin darse cuenta en el sofá. Entre sueños, le parece oír un acento canario con el seseo marcado, visualizar una playa paradisiaca y distinguir la figura de Agoney sonriéndole desde el mar.
Despierta sudoroso, con el móvil sin nuevos mensajes y sin estar seguro de cómo combatir el calor, porque el aire acondicionado ya no es suficiente. Decide darse una ducha para refrescarse y que así su cabello quede mojado aunque sea por un rato. Está cantando bajo el agua cuando oye los golpes en su puerta.
—Raoul, ábreme la puerta, porfa —casi grita Agoney, golpeando la puerta de su piso. Lleva unos minutos ahí, esperando que el rubio le abra y le deje entrar a su hogar.
—¡Un segundo! —Grita en respuesta. Apresurado, Raoul cierra el grifo y se seca rápido con la toalla. Se pone una camiseta fina y unos calzoncillos, y así se dirige a la puerta. Con Agoney no necesita más, pero, aunque ya conocen cada centímetro del cuerpo contrario, cree imprudente ir a abrir desnudo.
—Raoul, ábremeeee —vuelve a llamar el mayor, alargando las vocales como un niño pequeño. Aunque oyó la contestación del rubio, le gusta insistir para picarlo.
—Estaba bañándome, coño —explica Raoul, abriendo la puerta.
—Ah. Por eso te tardaste tanto en abrir, entonces. Estuve como diez minutos llamando al timbre. —Se encoge de hombros, entra al piso y camina al salón, como si fuera su propia casa.
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Arms of a Stranger
FanfictionRaoul busca cada noche cariño en brazos de algún extraño. Puede que Agoney aparezca a cambiar eso. O Puede que Raoul, al fin, ya no necesite buscar cariño en cualquier extraño porque lo encontró en una persona especial.