Capítulo 17 (final)

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Sinceramente no sé mucho qué decir, supongo que en la nota final me extenderé más. Tardó un poquito, pero era mejor un final merecido tardío que uno apresurado temprano. Disfruten.

Canción del capítulo: Simplemente Pasan - Morat y Cami

Menciones especiales a: Las Cosas Pequeñas - Prince Royce y Tus Besos - Juan Luis Guerra

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La noche catalana los rodea en la habitación de hotel que rentaron en Barcelona. Están acurrucados, Raoul sobre el pecho de Agoney y un brazo alrededor de su cintura, a punto de quedarse dormidos en su lugar favorito, cuando el rubio decide eliminar el sueño de ambos con un sobresalto.

—¡Agoney! —Se sienta rápido sobre el colchón, sobresaltando a su novio, que lo mira con el ceño fruncido y cara de querer matarlo por interrumpir su proceso de dormir.

—¿Qué pasa? ¿Tienes una araña en la pierna o algo así?

—No. —Raoul niega con la cabeza—. Es que acabo de darme cuenta de que nunca hemos tenido una cita.

—¿Qué dices? —Agoney copia su posición y también se sienta en la cama, sabiendo que la conversación durará más minutos de los que esperaba.

—Pues eso, Ago, que nunca hemos tenido una cita. —Se encoge de hombros.

—Eso es mentira.

—Claro que no.

—Tuvimos una cita cuando te propuse ser amigos con derechos, y el fin de semana en el hotel también puede contar como una.

—Pero no fueron citas formales. En la primera me propusiste algo y en el hotel no lo formalizamos.

—Ra. —Agoney se acerca a su cuerpo, rozando rodillas con rodillas por estar ambos sentados con las piernas cruzadas. Alza una mano y acaricia la mejilla del rubio, sabiendo exactamente lo que pasa por su mente—. ¿Quieres que te invite a una cita?

—Sería lindo. —Se sonroja, y besa la mano que le acaricia—. Pero no necesariamente tienes que invitar tú, puede ser algo de acuerdo mutuo.

—Lo siento, pollito, muy tarde. ¿Quieres ir a una cita conmigo?

Raoul ríe por lo gracioso de la situación, pero también por lo feliz que le hace que Agoney sepa leerlo tan bien y que no le juzgue por las cosas que le hacen ilusión, como tener una cita formal.

—Me encantaría, Ago.

Con una sonrisa, se lanza a los labios del moreno para expresarle en besos todo lo que no es capaz de decir en palabras. Junto con eso, se tumban de nuevo en la cama y se desgastan los labios y la piel hasta que el sueño los vence.

Unos días después, la costa de Barcelona es testigo de su primera cita y, aunque ya conocen todo lo que podrían conocer del otro en una cita, se ríen como niños pequeños y disfrutan junto al otro como si nada más en esa playa existiera.

*****

Primera semana de octubre.

—Tu cumpleaños es en unos días —dice Raoul, balanceando el agarre de sus manos.

Salieron a cenar a un restaurante cerca de la casa del rubio, así que ahora caminan a su piso para pasar la noche juntos.

—Sí. —Agoney ríe pequeño—. Pero no haré nada.

—¿Qué?

—Que no haré nada. —Se encoge de hombros—. Me da pereza organizar algo.

—¿Ni si quiera una cena con las chicas, Ricky y Kibo? —Agoney niega con la cabeza.

Arms of a StrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora