Capítulo 6

453 39 125
                                    

Pequeña aclaración que olvidé hacer en el capítulo anterior: 

En el mundo de las firmas de abogados, existe cierta "jerarquía" en los puestos. A medida que pasan los años y juntas experiencia, vas ascendiendo en ella. 

La jerarquía, por así decirlo, parte con ser "trainee". Este cargo normalmente se da después de que un estudiante haga las prácticas de la universidad, para que puedas mantener el puesto de trabajo mientras te sacas el máster. Usualmente, lo dan las firmas cuando quieren mantener a un estudiante que hizo las prácticas con ellos. Luego se asciende a junior, y se está en ese cargo unos dos o tres años, además de que las firmas tienen en cuenta el periodo que se hizo de trainee. Después de ser junior, se asciende a ser asociado, donde deberías mantenerte 4 años o más, para luego ser ascendido a asociado senior. 

En el caso de Agoaoas, por su inteligencia, logró ser asociado senior antes de los años normalmente establecidos para cada cargo. Traté de investigar lo más posible para que esto tenga sentido en la historia y lo entiendan pero, aún así, no soy abogada, así que pueden haber errores (si algún abogade me lee y me quiere corregir, se lo agradezco). Cualquier duda pueden dejarla en los comentarios o por twitter y yo contesto con toda la alegría. Ahora dejo el capítulo. 

Canción del capítulo: Put A Little Love On Me - Niall Horan

**

Raoul despierta con el sonido de una cremallera subiendo. Remolonea unos segundos en la cama hasta voltear al otro lado, y cuando abre los ojos se encuentra con una espalda morena, de hombros anchos y con algunos rasguños (puede que culpa suya) en el borde de la cama.

—Buenos días —musita.

—Buenos días —saluda Agoney, volteando a verlo mientras se pone la camiseta.

—¿Te vas? —En su interior, Raoul teme un poco. Sabe que con Agoney solo es sexo, es muy consciente de ello, pero no quiere quedarse solo ese día. No ahí, en medio de una habitación vacía de un hotel cinco estrellas.

—A buscar desayuno, sí —sonríe—. Puedes dormir un rato más, aún no es muy tarde, yo vuelvo pronto.

—Vale.

Asiente contra la almohada y vuelve a cerrar los ojos, abrazando el edredón entre sus manos y haciéndose una bolita aún más pequeña de lo que ya era. Agoney siente el pecho calentito, porque la imagen frente a él le produce una ternura como pocas cosas antes. Niega con la cabeza y, enterrando ese pensamiento en el fondo de su mente, sale de la habitación con un destino fijo: comprar bollos y un buen café para desayunar.

Media hora más tarde, la puerta vuelve a abrirse para dejar paso a Agoney, que trae una bolsa de papel en una mano y una bandeja con dos vasos de café en la otra. Después de dejar el desayuno en la mesita de noche, se acerca a Raoul para despertarlo con suaves caricias en el brazo que tiene por fuera del tapado.

Lo que Agoney no sabe, es que el rubio despertó unos minutos antes de que regresara, y lleva espiándolo con los ojos entrecerrados desde que cruzó la puerta. Le gusta verlo así, moviéndose tranquilo a su alrededor, con ropa de diario y ese punto casi doméstico al que más de una vez han llegado. A Raoul le asusta el calor que siente envolver su pecho en ese momento, por supuesto, pero por un día, decide que el sentirse bien, cómodo y tranquilo le ganará al miedo.

Cuando siente una caricia en el brazo y un susurro, abre los ojos definitivamente, lento, pero fingiendo muy bien el parecer recién despertado.

—Raoul, despierta, ya traje el desayuno. Te dejaría dormir más, pero se va a enfriar.

Arms of a StrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora