007: Rosas y mentiras.

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📍: *Pueblo cercano a la ciudad

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📍: *Pueblo cercano a la ciudad.
(Narrador)


- Bienvenido a tu cantón, compadre. Pásale. Mira, no te ofrezco chela porque no tengo pero agua si hay.- explicó el tal "Tortuga" hacia su amigo Pancho Núñez mientras ambos entraban a la pequeña casa del primer mencionado.

- Yo lo que necesito es hablar con mi familia, explicarles. No quiero que piensen cosas que no son.

- Tranquilo compadre, mira. Ahora lo que debemos hacer es esperar que tu esposa deje de estar enojada.

- La veo difícil.

- A mi me duele mucho verte así, compadre. Porque tú tienes un corazón de oro, para mí eres más que un hermano, compadre ¿Te acuerdas cuando ni me conocías pero aún así me compartiste de tu almuerzo?. Siempre juntos, echándole ganas a este vida.- sus palabras reconfortantes lograron sacarle una pequeña sonrisa que levantaron sus ánimos.

[°°°]

- Yo misma lo ví, el sinvergüenza de su padre es un vicioso. No es digno de tener una familia.- soltó Cándida entre lágrimas de tristeza y enojo.

No podía creer lo que había visto hace una horas. Su esposo con su amigote gastando lo poco que ganaba en un centro de apuestas.

Su esposo había rebasado su límite.

- No lo puedo creer.- murmuró Celia asombrada de lo que había hecho su padre.

Solo esperaba que sus hermanos no reaccionarán de más.

- ¡Nos engañó! ¡Se iba a ese bar a gastar el poco dinero que podría traer a esta casa!. Ay, hijos.

[°°°]

Horas después de aquella charla. Celia tuvo que regresar a su trabajo, su segunda jornada empezaba en pocos minutos y tenia que ser puntual. Al llegar y hacer unos cuantos papeleos que quedaban pendientes, finalmente había llegado nuevamente la hora de salida.

- Señor, disculpe la interrupción pero ¿Necesitará algo más?.- preguntó la castaña después de tocar la puerta de la oficina de su tercer jefe, Omar.

- Discúlpame Celia, no me di cuenta de la hora.- murmuró viendo su reloj.

- Con permiso.

- Celia...

- ¿Sí?.

- Por favor ¿Puedes llamar a la florería y pedir un gran ramo de rosas? Y que lo lleven al departamento 301 del hotel central a nombre de la señora Marisa Cruz.- comentó sonriente a lo que Celia frunció el seño.

- Disculpe la intromisión pero...¿La señorita _______ sabe algo de esto?.

- ...Ella no lo sabe.- Omar carraspeó nervioso.- Además, no es como si estuviera engañandola. La señora Marisa es solo una amiga, y es mucho más mayor que yo.- Celia asintió levemente.- ¿Puedes hacerme el favor? Quiero que esto se quede entre nosotros.- pidió.

ᴸᴬ ᴹᴬᴰᴿᴬˢᵀᴿᴬ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora