028: Ratera.

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(NARRADOR)

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(NARRADOR)

La noche ya había caído así que Aidan y Celia salieron rápidamente de la empresa al haber terminado con todo su trabajo.

- ¿Donde es el incendio o que?.- preguntó Pablo al ver cómo sus hermanos entraban de forma agitada a la casa.

- Debemos de poner al tanto a Tortuga de que Álvaro...

- Si, ya lo sé.- Pablo interrumpió a Celia.- Papá ya nos dijo que el Tortuga ya sabe que Álvaro va a tener un hijo con Lucía.

- ¿Quién se lo dijo?.- preguntó Aidan confundido mientras dejaba su mochila de lado.

- Pues el baboso de Álvaro, según el quiere reconciliarse, que ya aprendió de sus errores.- contestó Pablo de brazos cruzados.

- Ese es un gran imbécil. Ya ni siquiera respeta a su papá.- bufó Aidan.

- ¿Por qué lo dices?.

- Porque se enterró que el Tortuga recibió la fortuna, la gran herencia de su hermanastro. Y su "arrepentimiento" no es más que interés.- explicó la chica.

- Por eso nos venimos rápido, hay que buscar al Tortuga para decirle.

- Por supuesto, vamos, el no se lo merece.- Pablo rápidamente tomó su abrigo para salir junto con sus hermanos.

Por suerte la casa del Tortuga se encontraba a una cuadra de la suya así que no tardaron en llegar. Aidan fue el primero en adelantarse y tocar la puerta.

- Dichosos mis ojos, ahijados.- admitió el Tortuga al haber abierto.- ¿Si se van a quedar a los tacos de barbacoa, verdad? No me hagan el feo.- comentó dejando pasar a los chicos para después cerrar la puerta.

Después por las escaleras bajó Francisco, el padre de aquellos tres chicos.

- ¿Que pasó muchachos? ¿Que hacen aquí? ¿Su madre está bien?.- preguntó este preocupado.

- Si, venimos a hablar con él Tortuga.- contestó Pablo.

- ¿Que pasó?.

- Álvaro no ha sido del todo honesto contigo...Ya sabe que eres rico.- explicó Aidan brevemente a lo que el Tortuga retuvo un suspiro pesado.

Si, su hijo jamás cambiaría.

Si, su hijo jamás cambiaría

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ᴸᴬ ᴹᴬᴰᴿᴬˢᵀᴿᴬ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora