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Llamada

Pensamientos

Me fastidiaba desperdiciar gran parte de la noche durmiendo, pero era inevitable

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Me fastidiaba desperdiciar gran parte de la noche durmiendo, pero era inevitable. Cuando me desperté, el sol brillaba con fuerza al otro lado del ventanal, y unas pequeñas nubes atravesaban el cielo a gran velocidad. El viento sacudía las copas de los árboles con tal fuerza, que parecía que en cualquier momento todo el bosque fuera a desgajarse. Y mientras miraba a través del ventanal, los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi mente y lo único que atiné a hacer fue mirar mi mano izquierda, donde aún se encontraba el hermoso anillo de compromiso de la madre de Edward. No hice más que sonreír como una tonta al verlo. Edward, que aún se encontraba a mi lado, sonrió de igual forma antes de dejarme sola para que me cambiara. Me alegro estar sola al cambiarme y considerando la velocidad de las nubes en el cielo debía haber mucho viento por lo que me puse ropa abrigada.

Me puse a pensar en la noche anterior y eso solo consiguió que me pusiera aun mas feliz, si es que eso era posible. Si bien estuve mucho tiempo negándome a la idea del matrimonio, ahora me encontraba feliz ante mi repentino compromiso. Iba a tener que pensar cómo decírselo a mi padre. Y estoy segura que Alice insistirá en planear la boda, ya me imagino sus grandes ideas. Ya había bajado a desayunar, Edward y yo pasamos gran parte de la mañana hablando de la boda y de cómo íbamos a tener que controlar a Alice si queríamos una boda simple.

Entonces, alrededor del mediodía, llegaron los Cullen. Parecían rodeados por un aura diferente, más seria y formal, que me recordó de golpe la trascendencia de lo que iba a ocurrir. Estaba tan ensimismada en mi burbuja de felicidad con Edward que lo olvidé por completo. Alice no estaba del mejor humor, dado que con la participación de los quileutes no podía tener visiones claras y eso la hacía sentirse "normal", al dirigirse a Edward lo primero que abandonó sus labios fue una queja

Alice: Creo, que deberías meter ropa abrigada en la maleta, Edward. No puedo ver exactamente donde estas ya que esta tarde sales con ese perro, pero parece que la tormenta que se avecina será aún más intensa en toda esa zona.

Edward asintió. Entonces Alice se acercó a mí cambiando su semblante molesto por uno más alegre.

Alice: ¡Quiero verlo!.

Ese comentario bastó para llamar la atención de los demás, así que Rose se acercó a nosotras.

Rose: ¿Ver que?

Alice: El anillo de compromiso que le dio Edward.

Ante la sorpresa Rose y Esme que se encontraba en el sofá junto a Carlisle gritaron de felicidad. Rose se dio la vuelta mirando a Edward.

Rose: ¡Le pediste matrimonio!¡Y ella dijo que sí!¡Tendremos una boda!

Rose y Alice se tomaron de las manos mientras reían de pura felicidad ante la idea de una boda. Esme se levantó y fue directo a abrazarme.

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