A whistle in the wind | Ellie Williams (tlou)

VIII

Una conversación incómoda

Esa mañana, Jesse, el compañero de patrulla de Lia, se había enfermado. Y Dina, la compañera de patrulla de Ellie, había sido asignada a un trabajo junto a María.

Por lo que Lia y Ellie se habían tenido que conformar con la compañía de la otra, en un viaje hasta un hotel cerca de Jackson.

Se suponía que solo tendrían que ir a revisar que estuviese libre de infectados y de sobrevivientes.

Cada una iba en su propio caballo, en completo silencio, sumidas en sus pensamientos.

Lia no entendía muy bien si el cruce de palabras que había tenido con Ellie la noche anterior había sido demasiado. Convengamos que ella no tenía idea de los problemas que tenían Ellie y Joel, y no era quien para meterse. Pero ambos parecían sufrir por ello y si podía hacer algo para ayudarlos, lo haría.

Al Ellie liderar la marcha, Lia había notada varios aspectos por parte de la chica. Como, por ejemplo, su ceño fruncido casi todo el tiempo; a veces era más, a veces era menos, pero siempre parecía estar molesta, triste o ambas cosas a la vez.

También había notado que acariciaba su tatuaje repetidas veces, quizás porque la hacía pensar en Joel —después de todo una parte se la había dedicado a él.

Y cómo no mencionar su estrés. Por su postura, parecía estar esperando un ataque todo el tiempo.

También parecía sufrir, aunque no muchos lo notaban.

—¿Lia? —Ellie la miraba con el ceño fruncido—. ¿Estás bien?

Las dos jóvenes habían llegado hasta el hotel más rápido de lo que habían creído.

Ellie mirada a Lia desde la nieve, parada junto a su caballo. Tenía el ceño fruncido.

—Sí —le respondió, desmontando.

La chica se había perdido en sus pensamientos.

—¿Nos separamos? —le preguntó Ellie, acercándose a la puerta del lugar.

—¿Será seguro? —le preguntó Lia.

Ellie alzó las cejas.

—Por eso estamos aquí, para que sea seguro.

Lia la miró con los ojos entrecerrados.

—Bien.

—Quédate abajo, yo voy arriba —le ordenó.

Lia la siguió hasta el interior.

Una gran habitación se extendía ante ellas, con una escalera subiendo por un costado y una puerta doble en el otro.

Ellie le hizo una seña para que avanzara hacia ese lugar, mientras ella subía las escaleras con cuidado.

Lia alzó su arma atenta a cualquier movimiento amenazante, un poco asustada de encontrarse con algo... o alguien,

A veces no sabía que le aterraba más, sin los infectados o los sobrevivientes. Muchas veces podían ser igual de letales.

Sacudió la cabeza, intentando eliminar esos pensamientos.

Sobre ella oía como la madera crujía bajo el peso de Ellie.

Lia siguió avanzando hasta otra habitación, pasando de largo el bar desocupado. Se trataba de un baño, que también se encontraba liberado.

Guardó su arma, luego de haber revisado cada espacio de la planta baja, pero sin hallar ningún indicio de que alguien hubiese estado allí.

Regresó hasta la habitación en la que se había separado de Ellie, esperándola de brazos cruzados, sentada en el piso, cuando escuchó un disparo y un grito proveniente de la planta de arriba.