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Emboscada

Diez meses después...

El despertador que había encontrado en su última patrulla definitivamente funcionaba. El timbre incesante la despertó sin piedad.

El día estaba soleado, aunque corría una brisa fresca cuando salió del departamento.

Hoy se iba de patrulla junto a Jesse.

Lia y el chico habían acordado encontrarse en el bar de Seth para pedir el almuerzo. Un día largo se les venía encima.

Al parecer había un pueblo a unos treinta kilómetros de Jackson, por lo que María les había pedido que fueran a investigar. Ellie y Dina también deberían ir con ellos, pero como estuvieron de guardia hasta muy entrada la noche, decidieron que los alcanzarían más tarde.

Lia agitó su mano en el aire cuando vio a Jesse frente a la puerta del bar. El chico le devolvió el gesto con una gran sonrisa.

—Buen día —saludó.

—Buen día —le respondió.

—¿Listo?

—Lo voy a estar cuando Seth me de mis sándwiches.

—Seth o Cat —lo corrigió Lia.

Jesse se giró en todas direcciones, bromeando.

—No seas tonto —le dijo Lia, soltando una risa y golpeando su brazo.

—¿Ellie no está cerca? Nos mata si te oye —le dijo en voz baja, moviendo sus ojos de aquí para allá.

—Ellie es una dramática al igual que tú. Vamos, no quiero que salgamos tan tarde.

Ellie y Cat habían terminado su relación hacía unos cuantos meses atrás. Según Ellie, había sido en buenos términos; ninguna de ellas sentía lo mismo y habían acordado seguir siendo amigas. Pero cada vez que alguien mencionaba a Cat, Ellie se removía incómoda y cambiaba de tema.

Para Dina y Jesse había sido complicado, ya que Cat también era amiga de ellos, pero al parecer su lealtad residía en Ellie porque la pareja veía cada vez con menos frecuencia a la otra chica.

A Lia le daba pena porque también había llegado a conocer y considerar a Cat una amiga, pero al igual que Jesse y Dina, tenía mucha más afinidad con Ellie. Aunque, a veces, si veía a Cat en el bar de Seth se paraba a conversar, más por cordialidad, que por un lazo entre ellas.

—¿También les pedimos el almuerzo de Dina y Ellie? —le preguntó Jesse cuando entraron.

Lia asintió.

—Hola —saludó Jesse a Seth cuando llegaron a la barra.

—Buen día.

—Queremos los sándwiches para llevar —le dijo Lia.

—¿Se van de patrulla?

—De picnic —le respondió Jesse. Lia le golpeó el brazo.

—Discúlpalo, anoche no durmió bien. Sí, nos vamos de patrulla.

El hombre asintió, dedicándole una mirada llena de odio a Jesse.

—Vamos a llevar los nuestros y los de Ellie y Dina —le informó Lia, antes de que fuera a buscarlos a la cocina.

—Hoy en día a nadie le gustan mis chistes —se lamentó Jesse.

—Por culpa de tus chistes seguro nos escupe la comida —le dijo Lia. Jesse la miró con asco.

—No... ¿tú crees?

Lia alzó las cejas, pero no tuvo tiempo de responderle porque el hombre ya había vuelto.

—Aquí están —les dijo.

Lia guardó dos paquetes y Jesse los otros dos.

—Gracias, Seth —le dijo al hombre antes de salir.

En el camino a los establos, Jesse sacó uno de los sándwiches.

—¿Qué haces?

—Quiero ver si lo escupió —le respondió. Lia rodo los ojos, sonriente.

—No creo que puedas darte cuenta —le dijo.

—Jamás me subestimes.

Llegaron hasta los establos a paso lento, debido a que Jesse iba muy concentrado en su sándwich.

Lo guardó con un resoplido.

—Supongo que nunca lo sabré —se lamentó—. Ahora no voy a poder dejar de pensar en que las salivas de Seth van a estar dentro de mi boca.

—¡Eres un asco!

—¡Tú empezaste! —le reprochó Jesse.

—Buen día, chicos —los saludó Becca cuando llegaron al establo.

—Buen día —respondieron al unísono.

Uno de los caballos, Luna, ya estaba lista.

Los dos chicos le agradecieron a Becca y partieron hacia los portones de Jackson. Montaron frente a las puertas y salieron al galope cuando les abrieron.

—¿Qué piensas de los delfines? —le preguntó Jesse a Lia. La chica hizo una mueca, intentando no reír.

—¿Qué?

—Sí, ya sabes, esos animales... tú deberías saber de qué hablo, te gustan esas cosas —le dijo.

—De los delfines... bueno...

Jesse redujo la velocidad de Luna cuando vieron un árbol caído en el camino.

—Joel y Tommy salieron ayer y no dijeron nada de esto —comentó Lia, desmontando con cuidado—. Quédate arriba —le dijo a Jesse cuando vio su intención de bajar junto a ella—. Por si acaso. Voy a echar un vistazo.

Jesse asintió, comprendiendo.

Era mejor que se arriesgara uno y el otro tuviera oportunidad de buscar ayudar.

Lia avanzó precavida, con una mano en su cintura, en dónde descansaba su pistola.

A simple vista se veía que el árbol no había caído, estaba claro que lo habían cortado.

—¿Lia?

La chica se volteó a mirar a su amigo.

Una mujer y un hombre de mediana edad lo rodeaban, apuntándole con su arma.

Lia intentó sacar su pistola, pero el frío de un metal en su nuca la frenó. A su espalda chistaron con diversión.

—Ni lo pienses, bonita —le dijo una voz femenina.

Lia miraba con los ojos bien abiertos a Jesse, intentando idear un plan. Pero nada le llegaba a la mente.

—Tenemos unos sándwiches y armas. Pueden llevárselos y nadie saldrá herido —ofreció Lia.

De entre los árboles comenzaron a salir más personas. Quizás era unos diez.

La chica que le apuntaba con el arma la rodeo, mirándola de frente. Luego soltó una risa.

—No queremos las mierdas que tengan —les dijo—. Estamos buscando a un hombre y a una niña —le dijo.

—No conocemos a ningún hombre ni a ninguna niña —le respondió Lia—. Solo estamos nosotros —le echó una vista a su amigo; tenía las manos tras su nuca y estaba completamente congelado.

—¿Están seguros?

Lia asintió.

—Parece que tendremos que insistir un poco más —le dijo la chica. Dio vuelta su arma y la golpeó con la culata de esta.

Lo último que vio fue a Jesse con la cara horrorizada y lo último que oyó fue como su amigo la llamaba. 



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Todo venía muy bien para ser verdad.

Dicen que lo bueno dura poco, lamentablemente :((

A whistle in the wind | Ellie Williams (tlou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora