Capítulo 28: WoodBurry

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Estábamos frente a la muralla de WoodBurry. Localizamos a un guardia subido en la fortificación, seguramente estaba haciendo una ronda para vigilar los alrededores de aquel sitio, estaba armado y posiblemente listo para pelear.

¿Qué hacemos? Si nos acercamos nos disparará— Dijo Oscar. Como nadie respondía hablé yo.

Iré, lo camelaré y lo mataré, así no gastaremos balas— Me miraron con el ceño fruncido.

¿Vas a poder?— Preguntó Daryl, yo rodé los ojos.

No es la primera vez que lo hago— Me acomodé el busto, dejando una buena vista de mis pechos. —Los babosos son los que mejor caen

¿Dónde tienes tus límites, mujer?— Preguntó Michonne riendo.

Una mujer inteligente sabe que no tiene límites— Coloqué mi pelo hacia un lado, luciendo lo más sexy posible, me levanté y caminé hacia el hombre. Me detuve un segundo, di un suspiro y volví a ir hacia él pero cojeando, para disimular. Cuando estaba relativamente cerca de él, me quejé. Al darse cuenta me apuntó con la pistola .

Por favor, necesito ayuda— Hice la voz más suave que pude, pareciendo una chica débil. El hombre bajó de la muralla y en lo primero que se fijó ese bastardo fue en mis pechos. Ahora estaba todo a mi favor.

El tipo guardó su arma en la funda, bajando así la guardia —¿Qué hace una chica tan sexy andando sola por aquí fuera?— Se acercó coqueto.

Me he torcido el tobillo, ¿me puedes ayudar?— Respondí mordiendo levemente mi labio.

Te ayudo en todo lo que quieras— Colocó sus manos en mi cintura, acercándome a él —Podrías venir conmigo, cariño, aquí hay una comunidad— 

Coloqué mis manos detrás de su cabeza y me fui acercando más hacia él y hacia su cuello —¿Cómo podría agradecértelo?— Comencé a repartir besos por la zona de su mandíbula y cuello, el empezó a gimotear, de un momento a otro sus manos bajaron de mi cintura hacia mi trasero. —Espera, ¿no hay nadie más de tu comunidad por aquí?— Frunció el ceño. —No quiero que nos interrumpan a la mitad— Sonrió de lado y seguí repartiendo besos por su cuello, posicionándome para romperle el cuello en cuanto pudiera.

Tranquila preciosa, hoy solo estoy yo— Apretó más mi trasero.

¿Y tienes a alguien que te espere en casa?— Lo miré fijamente con media sonrisa.

No, solo yo— Metió su mano por dentro de mi camisa.

Entonces nadie te echará de menos— Sonreí cínicamente y le rompí el cuello en un ágil movimiento. Su cuerpo inerte cayó al suelo, agarré el cuerpo por los pies y lo escondí detrás de unos matorrales, para que nadie sospechara. 

Detrás de mi estaban mis compañeros, preparados para seguir con la misión. Entramos por un lado de la valla y capturamos a un guardia. Rick y Oscar lo estaban interrogando.

No le digas a Carol nada de lo que pasó hace un rato, suficiente tengo ya— Me pongo al lado de Daryl. Soltó una risita.

Tranquila, no diré nada— Sonrió de lado. —No se como puedes hacer eso.— Me encogí de hombros

Ya sabemos donde se encuentran— Comenzamos a correr buscando el lugar, por el camino nos cargarmos a algunos hombres. Llegamos a una especie de sótano custodiado por unos "seguratas". Tiramos unas bombas, estas explotaron, acabando con sus vidas. Cuando abrimos la puerta nos encontramos la sala vacía, pero en el medio estaba la camiseta de Maggie. La agarré y abrí una segunda puerta, allí estaban, Maggie con la camiseta de Glenn, Glenn semidesnudo, con la cara hecha polvo y abrazados.

Salimos corriendo de aquel lugar hasta la salida, las balas no tardaron en aparecer. Nos escondimos en una casa cerca de la muralla, yo me quedé vigilando la puerta. Teníamos que salir pronto ya que los hombres estaban empezando a armarse y a buscarnos. Glenn se acercó a Daryl para decirle algo.

Dejad la charla para más tarde, ahora tenemos que salir de aquí— Me acerqué a ellos. —Vamos a hacer esto, tiraré 2 bombas de humo y correremos hasta el lugar por donde entramos. Michonne y Maggie irán despejando el camino por delante, Rick y Oscar ayudar a Glenn, Daryl y yo en la retaguardia. ¿Entendido?— Todos asintieron. —Disparar si estáis en peligro— 

Nos levantamos y nos colocamos en la puerta, después arrojé las bombas y corrimos hacia la salida, tal y como había ordenado.

Caminos cruzados (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora