Capítulo 9

25 9 1
                                    


Aba

-Mierda, mierda, mierda.-No dejo de decir entre dientes mientras me paso una mano por el pelo aireada.

-¿Qué vamos a hacer ahora?-me pregunta Reyla.

Ahora mismo estamos en su habitación, (que no es muy distinta a la mía que digamos). La directora nos acaba de llamar a todos por el altavoz para que dentro de media hora estemos al lado de la estatua y Reyla me acaba de decir que los malditos collares llevan un rastreador.

-Lo... lo único que podemos hacer es hacer que ellos escapen.-digo sin aún poder creermelo-. Nosotras... nosotras estamos... atrapadas.

Escucho como Reyla se sorbe la nariz y rápidamente me giro hacia ella quien ha empezado llorar.

-Eh, tranquila.-digo posando mis manos en sus mejillas. Algunas lágrimas llegan hacia las puntas de mis dedos , yo las seco con suaves caricias-. Lograremos salir de aquí, pero ahora tenemos que preocuparnos por sacar a nuestros seres queridos de aquí.

-Tengo... tengo miedo.-murmura ella. Clavo mi mirada en la suya que está más brillante que nunca a causa de las lagrimas. Me duele verla así.

-Oye, se supone que la que sabe boxeo eres tú.-bromeo haciéndola reir. Cuando se rie es como una pequeña melodia para mis oidos-. Yo no sé defenderme, vas a tener que ser mi guarda espaldas.

Ella se ríe de nuevo y deja de llorar, cuando veo que se tranquiliza me separó de ella y le tiendo mi mano.

-¿Vamos?-le pregunto.

-Vamos.-dice ella cogiendome la mano y entrelazando mis dedos con los suyos (cosa que hace que me muera por dentro, claro).

Dana

Lukituki: ¿Por qué tengo que llevaros yo? ¡Sí Mateo tiene un cochazo!

Yo: Touché.

Mateo: Tampoco es para tanto.

Lukituki: ¡Pero yo me quiero sentar en uno de esos coches de lujo que tienen asientos de cuero!

Yo: ¿Desde cuando eres pijo, Luca?

Lukituki: ¡No soy pijo! Solo que cuando veo la oportunidad de poder poner mi hermoso culo en un asiento como el coche de un pijo lo aprovecho.

Mateo: Ja, ja, ja, ja.

Yo: Mateo, llevamos tú y así hacemos feliz al niño pequeño.

Lukituki: ¿Perdona? ¡Sí fuera un niño pequeño te habría pedido un helado, no sentarme en un coche de lujo!

Yo: ¿Estás diciendo que no quieres un helado?

Lukituki: ¿Tienes helado? :D

Yo: Lo que decía, un niño pequeño.

Mateo: Callarse ya que los dos sois unos niños pequeños. Os llevaré yo.

Lukituki: BIENNNNN.

Sácame de aquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora