AbaLa aguja clavándose en mi piel, el collar en mi cuello aprisionándome y mandándome calambres que me recorren todo el cuerpo. Grito, grito desgarrándome la garganta, pero es inútil, no logro salir de aquí.
Abro los ojos y bruscamente me incorporo en la cama. El corazón me aporrea fuertemente en el pecho y mi respiración está agitada.
Todo ha sido una pesadilla.-me digo a mi misma. Últimamente, está, se repetía una y otra vez, noche tras noche. Respiro hondo como me enseño Ana, mi psicóloga.
Tras tomarme un par de minutos para relajarme desvío mi mirada hacia los pies de mi cama, donde mi perra, Lexi, está tumbada mirándome con cara de preocupación. En cuanto su mirada encuentra la mía se levanta y viene hacia mí, seguido de esto, empieza a chuparme toda la cara con su larga lengua.
-Lexi, ¡para!-digo entre risas-. Estoy bien.
Ella me mira con cara de no creerme, pero tras unos segundos mirándome se baja de la cama y me espera en la puerta. Quiere que bajemos a desayunar.
Con un largo bostezo, empiezo a estirar los brazos y seguido me destapo y me bajo de la cama. Busco con la mirada mis zapatillas de andar por casa y las encuentro justo enfrente del espejo de mi armario. Voy a por ellas y de paso aprovecho para hacerme un repaso con la mirada. Como no, estoy horrible. Tengo el pelo revuelto como si de un nido de pájaros se tratase. También, cerca de una de las comisuras de mi boca tengo un poco de baba reseca, que asco.
Bostezo de nuevo y me dirijo a la puerta de mi habitación donde Lexi, ansiosa me sigue esperando . Me agacho y le acaricio la cabeza para después dirigirme a las escaleras y al comedor de la cocina donde mi madre me espera con un café en la mano.
Ella es unos centímetros más baja que yo, es delgada y tiene un cabello castaño a juego con sus ojos tan oscuros que casi parecen negros, los mismos que yo he heredado.
Ella al verme se apresura a tragar el sorbo de café que se estaba tomando para darme un abrazo.-Hola, cariño.-me saluda estrujándome en sus brazos-.¿Cómo has dormido? ¿Hoy también has tenido pesadillas?
-Sí, como siempre.-contestó separándome de ella y sentándome en una de las sillas que se encuentran en el otro extremo de la mesa.
-Bueno, ¿Hoy has quedado con alguien?
-Con Luca, Dana y su novio.-digo frunciendo ligeramente el ceño sin apenas darme cuenta al pronunciar al novio de Dana.
-Vale.-contesta mi madre sacándome de mis pensamientos-. Pero recuerda que hoy tienes cita con Ana.
-¡Pero si hoy es sábado!-protesto.
-Pero tenías que recuperar una cita que te saltaste.
-Vaaaaale.-digo poniendo los ojos en blanco-. Le diré a Luca que me acerque a la consulta.
-Así me gusta.-dice mi madre esbozando una sonrisa-.¿A qué hora has quedado?.
-A las 15:30, ¿Por?
-Por nada-contesta ella mientras me levanto bruscamente de la silla y corro hacia mi cuarto para buscar algo que ponerme.
***
Al final... no estoy tan mal, ¿no?
A ver, llevo top negro, unas medias negras con una falda pantalón corto de cuero negro, y algo de maquillaje.
Me miro otra vez en el espejo... sí, parezco una Emo con tanto negro. Pero no tengo tiempo para cambiarme, me he dejado el pelo suelto y he cogido mi bolso de cuero (también negro). Parece que voy de luto, pero me da pereza cambiarme, y como he dicho antes, ¡no tengo tiempo!.
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Sácame de aquí
Fiksi RemajaMe engañaron. Me encerraron. Nos drogaron. Y ahora somos ratas de laboratorio. Esta universidad no es lo que aparenta. Nada más llegar nos drogaron y empezaron a experimentar con mi cuerpo. Nos hacen luchar y nos dan descargas eléctricas si nos imp...