ReylaLa puerta de mi celda se abre y uno de los doctores entra. Se acerca hacia mí y me observa como si fuera basura tirada en la calle.
—Extiende tus manos.—me ordena.
Yo obedezco, no quiero acabar mal.
Él saca una llave que lleva hacia mis grilletes haciendo que estos se abran y caigan al suelo haciendo un fuerte sonido.
—Acompáñame.—me dice antes de girarse y salir de la celda.
Lo sigo hasta fuera de la sala donde se encuentran mis compañeros sin saber qué está pasando ahora.
—Os llevaremos a unas furgonetas y no intentaréis escapar, ¿entendido?—escucho que esta diciendo Diana por los altavoces.
Que asco de tía.
Y que lo digas.
Aba
—¿Todos listos?—. Pregunto.
—Listos.—afirman todos a la vez.
—Bien.—digo desplegando mis alas—. Pues manos a la obra.
Dana
Me encuentro en el asiento del copiloto de un coche bastante grande, pero viejo. Es de los padres de Sylvia, hacia tiempo que se querían deshacer de él y hoy será el día.
En este coche nos encontramos Mateo, quien va conduciendo y yo. Los demás van delante en el coche de Mateo.
—¿Cómo que has dejado que los demás conduzcan tu coche y tu conduzcas este?—pregunto.
—Porque veo que a ellos le hace ilusión así que he dejado que vayan en el.—contesta esbozando media sonrisa tímida.
Veo su mano apoyada en el cambio de marchas y yo apoyo la mía encima de la suya haciendo que desvíe su mirada hacia la mía para después dirigirla otra vez a la carretera.
—Gracias por todo.—le digo sinceramente—. Pensaba que no nos ibas a ayudar por tus cositas de niño rico, pero veo que has cambiado.
—Sí, bueno...
—Y siento haberte dejado así, tan... rápido.—me lamento—. Debía de haberte dado más explicaciones y...
—Dana.—me corta—. No hacen falta, siempre he notado como la mirabas cuando ella no te veía y lo nuestro no iba a llegar a ningún lado, me alegra que aunque ya no estemos juntos, ahora seamos amigos.
—Gracias.
—Gracias a vosotros por hacerme abrir los ojos.—confiesa—. Habéis hecho que me de cuenta que la vida no es solo dinero y coches de lujo, también es riesgo, amor y amistad. Y sé que aunque los demás no piensan lo mismo de mí, pero sois los mejores amigos que he tenido.
Aba
Vuelo tan alto como puedo por encima de las nubes para que nadie pueda verme. La sensación y las vistas son increíbles.
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Sácame de aquí
Teen FictionMe engañaron. Me encerraron. Nos drogaron. Y ahora somos ratas de laboratorio. Esta universidad no es lo que aparenta. Nada más llegar nos drogaron y empezaron a experimentar con mi cuerpo. Nos hacen luchar y nos dan descargas eléctricas si nos imp...