CAPITULO 8

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Charles

¡Vamos Charles! ¡Tú puedes! Solo tienes que hablarle, comienzo acercarme hacia ella, en ese preciso instante, se voltea hacia mí, haciéndome quedar completamente paralizado cuando sus ojos color miel se encuentran con los míos, todo absolutamente todo desapareció, solo existimos ella y yo.

La comienzo a observar más detenidamente, mis sueños jamás le hicieron justicia, es absolutamente hermosa, tiene unos ojos color miel que te hacen imposible no verla, son tan expresivos que es demasiado fácil saber qué está pensando o sintiendo un ejemplo ahorita están llenos de asombro, sus pómulos son definidos que contrastan perfectamente con sus labios melocotón, que he estado imaginando desde la primera vez que los vi, ahora puedo observar que tiene un pequeño lunar en su cachete izquierdo, me percato que ella me está observando de la misma manera que yo a ella.

- Hola- se me hace correcto que yo inicie la conversación ya que soy yo el que llegó a interrumpir su bello atardecer, apenas faltan como 5 minutos para que el Sol, parezca que está tocando el Mar.

-Hola - me dice mientras continúa observando como si intentara adivinar qué es lo que hago ahí, caigo en cuenta que ella nunca ha podido ver mi rostro pero yo sí el de ella. Así que tendré que decirle su nombre para que sepa que soy yo.

-¿Puedo sentarme?- ella me contesta que si solo con el movimiento de su cabeza, tomó asiento a lado de ella, como si fuera la cosa más normal del mundo, estamos en silencio mientras observamos como el sol se oculta, en ese momento el sol se une con el mar, me parece ver un resplandor verde, pero creo que fue mi imaginación.

Giro mi cabeza para poder apreciarla a ella, tiene relajado su semblante como si todo a su alrededor no existiera y siendo completamente honesto, me siento exactamente igual solo existe ella en este preciso instante.

-Te llamas Alana ¿verdad? - rompo el silencio que muy curiosamente no era incómodo, al volver a verla me doy cuenta que me está observando con muchísimo asombro.

-Si, y tu ¿eres mar?- en el momento que escuchó el apodo, sonrió en automático, nadie jamás me había puesto un apodo tan único, siempre era algo respecto a mi nombre pero no respecto a cómo se sentían conmigo.

-Si estás en lo correcto- veo como ella pasa de asombro a duda en un segundo.

-Tengo que confesarte algo- me dice, mientras yo me acomodo en mi lugar para ponerle toda la atención- De todas las personas que creí que serias, eres alguien que jamás pensé- en automático mi expresión cambia, pero ella se percata - No es malo, quiero dejarlo claro, pero debes de entender que honestamente, nunca creí que tu vida y mi vida se cruzaran más allá de una simple foto- cuando termina, entiendo perfectamente a que se refiere pero por un momento creí que ella se dedicaba a algo del mundo artístico por lo guapa que es y por que sinceramente se que canta muy bien.

-Seré sincero contigo, cuando comenzaste aparecer en mis sueños, yo le pedía al universo que por favor no formas parte de mi mundo, a lo que la farándula se refiere, pero en un sueño te escuche cantar y honestamente cantas muy bien, asi que pense que eras una artista poco reconocida. Pero veo que me equivoque, por la confesión que me acabas de brindar. - hago una pausa, mientras tomo aire y continuo - Sin embargo, me encantaría que me permitas conocerte, ya que lo único que tengo claro, es que el destino, universo, Dios o como gustes decirle, me permitió a través de un sueño querer conocer a la chica que solo con su voz me cautivaba.

En ese momento me percato, que su rostro refleja sorpresa, justo cuando estoy comenzando a arrepentirme, ella me muestra una sonrisa que me relaja al instante.

-Gracias lo que me acabas de decir es lo mas unico que jamas nadie me había dicho, siendote sincera, jamás creí que me gustaria ver tus ojos, son como el Mar tan inmensamente profundos pero tan cautivadores al mismo momento, entre tu voz y tus ojos le hacen honor a tu apodo, si ¿te puedo decir asi? mas que nada por que no se si prefieras que te diga Charles - me sorprendo que sepa mi nombre, pero en eso me percato que ella me saludo, pero no sabia que era el de sus sueños, ahora la pregunta aquí es ¿le gustara la Fórmula 1? y otra mucho más importante¿de dónde es ella realmente? así que con una gran sonrisa le contestó.

LO QUE ANHELA TU CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora