25.- Nubes de tormenta

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Todo era perfecto, nuestra relación creo que iba bien y a mí incluso se me había olvidado ciertos detalles que aún no podía sacarme de la mente.

Pero, siempre dicen que, cuando las cosas van tan bien y todo es estable y feliz...

Nunca falta la nube negra en nuestro picnic.

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25.- Nubes de tormenta.

El Rosario, Argentina. El Primero de Enero.

— ¿Amor?.— La madre de Leo tocó suavemente la puerta del baño.

Hacía rato que su hijo se había encerrado en este y no justamente para bañarse, se había tardado y eso le preocupaba en especial por las últimas náuseas que había estado presentando en esos días. Por ello habían decidido comprar una prueba de embarazo para hacerse en casa y salir finalmente de dudas.

Al salir del baño, lo vio con la cara pálida... La señora María suspiró.

— ¿Estás...?.— Su corazonada de madre le decía que iba a ser abuela pronto.

— Eso debe ser falso.— En cambio Leo entró en negación.— Quizás la prueba de embarazo fallo.

Si, eso debía ser. Aunque así como pasaba con su madre... su corazón le decía lo que su cerebro intentaba por todos los medios negar.

Un pequeño latido estaba formándose en su vientre.

— ¿Quieres que vayamos al doctor?.— Continúo su madre.— ¿Qué te hagan análisis clínicos de sangre?

Eso era mucho más efectivo que la prueba casera de embarazo, aunque está no había fallado.

— S-si...— Leo no se negó.

Aunque siendo día festivo, su madre optó por sacar al día siguiente una cita y así, finalmente salir de dudas. Aunque a ella si le emocionaba la idea pero había un detalle.

— De estarlo... tendrías que decirles.— La mujer vio a su hijo.

Pero Leo desvió la mirada...

Viendo las noticias... Ronaldo quería sanar su corazón de manera que cuando hablarán las cosas se terminarán entre ellos deshaciendo su lazo de buena manera. Se notaba bastante que el Portugués quería rehacer su vida a lado de Javier quién todo el tiempo lo estaba apoyando... mejor que él en esos últimos tiempos. Por otro lado estaba Guillermo. Ya había anunciado su noviazgo con Julián... y también pese a todo sabía que Memo no marcaría al Omega fácilmente...

Pues Messi sentía que Memo todavía lo quería y estaba sanando aún lo que pasó. No iba a unirse a Julián así nada más. Pero con o sin lazo, el Portero también quería seguir con su vida a lado de ese joven tierno y dulce.

¿Cómo carajos les iba a decir lo del embarazo?

¿Con qué cara después de todo el daño que causó? Especialmente a Ronaldo a quien le afecto demasiado la salud y poco más su vida.

Haciendo cálculos, había una diferencia de días en lo que pasó con ambos. Cualquiera de los dos podría ser el padre...

Y su corazón se negaba asustado a saber quién era el padre de ese bebé que estaba esperando.

— No estoy seguro de querer hacer ello.

Ya había hecho daño... y lo aceptaba por lo que no quería dañarlos más. Aunque tarde o temprano como dice el dicho: las noticias malas siempre tienen alas.

En Guadalajara.

En otro punto de la ciudad pasadas unas cuantas horas, Javier y Ronaldo ya habían almorzado, a comparación de varios y más teniendo niños pequeños en la casa, ambos habían despertado un tanto temprano debido a los gritos de los niños. Pero no tenían signos de la desvelada, estaban jugando en la sala con los sobrinos.

— Toma 4, toma 2 y reversa...— Javier soltó sus cartas del Uno.

— Eso no es justo.— Se quejó Ronaldo tomando sus cartas de castigó.

— ¡Nuesto equipo a ganado el juebo!.— Se emocionó el sobrino más pequeño.

— ¡Chocalas!.— Javier sonrió festejando con otra de las niñas.

Por eso Ronaldo sonrió, adoraba su sonrisa y verlo feliz.

— Tío Ronaldo.— Otra de las niñas llamo la atención de ambos.— ¿Ustedes se van a casar?

Eso sonrojó a Javier pero el Portugués no se inmutó.

— Muy pronto.— Cris sonrió.

— ¡Queremos pimos!.— Celebro una de las pequeñas.

— Serás un buen padre.— Se burló Javier.

— Mientras tú estés a mi lado.

Ronaldo le beso la mano y ambos sonrieron.

Las cosas eran bastante felices para ellos... sin saber lo que tanto a ambos les esperaba, como a otro par por igual.

Esa misma tarde había sonado el teléfono celular del Portugués y tras contestar vio a su novio acostado en la cama jugando con un Nintendo portable.

— ¿Qué pasa?.— Lo vio Javier.

— Voy a tener que viajar.— Comenzó a explicar llamando la atención de Javier.

— ¿Estarás bien?.— Eso le inquietaba un poco.

Ronaldo ya no sentía tanto vértigo y mareo pero a veces si perdía el apetito, no era constante pero al menos síntomas de fiebre y fatiga ya no tenía. Lo que había sucedido por aquella infidelidad ya estaba sanando y su salud volvía a ser estable.

— Yo creo que si...— Sonrió Ronaldo para sentarse a su lado.— Son fotografías para un comercial... no creo que me tomé mucho tiempo además.

— ¿Qué cosa?.— Sonrió su novio y le tocó la cara.

— Si pensaba en que, este sería mi último mundial.— Lo vio Cris.— Siento que ya vendría siendo hora de descansar, dedicarme si a mí firma pero, comenzar con lo que siempre quise, hacer una familia.

Sus sueños de cierto modo habían sido pausados debido a que en esos años de relación Lionel no tenía mucho interés en que tuvieran hijos, sentía que no podría cuidarlos como se merecían y además con todas las ocupaciones, el crecimiento en el fútbol y todo lo que se refería a su vida deportiva... el retiro y formar una familia cada vez más era un sueño lejano que Ronaldo no sabía si podría cumplir.

Sintió como Javier se acercaba a besar su mejilla.

— Lo que tú decidas está bien, siento que aún podemos seguir un par de años jugando, no se eso ya se verá...— Lo vio Javier.— Pero, podemos empezar a planear vivir juntos y formar una familia.

En ese aspecto Javier parecía firme a ir a dónde su comandante fuera.

Aunque primero claro, era romper sanamente con Leo, que ese lazo roto que tenían todavía se desvanezca y finalmente todo pueda estar en paz.

Sin imaginar que esa luz que tanto ansiaba ver podría opacarse por esas, nubes de tormenta.

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¿Por qué no te enamoras? • Cr7 & Chicharito [FIFA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora