Tonto Alfa ☘ ChanIn

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Abrió sus ojos lentamente, acostumbrándose a la poca iluminación que en esa pequeña habitación había, miró lentamente el lugar, intentando reconocer dónde estaba hasta darse cuenta que la cabeza de su prometido estaba en sus piernas. Al recordar todo lo que había sucedido, rápidamente llevó una mano a su vientre, sintiendo este aún abultado, suspiró algo más calmado y con cuidado movió la cabeza del mayor de un lado hacia otro, buscando despertarle, cosa que no pasó si no hasta diez minutos después.

—¿Innie? Oh por dios, bebé, ¿estás bien? —Chan rápidamente miró al menor y acarició sus mejillas durante unos segundos antes de presionar un botón, llamando al doctor—. Dios, estaba tan asustado de perderte, dormiste por tres días, ¿te sientes bien? ¿Te duele el vientre? No debería, pusieron medicamentos para que no te doliera —dijo aun dejando caricias en el rostro del menor mientras sus ojos se llevaban de lágrimas nuevamente—. Lo lamento tanto, Innie, ese chico no era nada mío lo juro, él me beso justo cuando tú llegaste. Tal vez si te hubiera ido a buscar, esto no habría sucedido y tú estarías bien y estaríamos en casa dándonos besitos.

—Yo... Lo siento, reaccioné mal, pero me dolió el verte besando a otro chico y mis inseguridades atacaron inmediatamente —susurró el menor mientras bajaba su mirada, sintiendo sus ojos picar—. ¿Cómo está nuestro bebé? ¿Él está bien? —preguntó llevando su mano a su vientre para acariciar este con cuidado.

—Por suerte llegamos a tiempo y no perdiste mucha sangre, aun así estás sufriendo pérdida del líquido amniótico, así que tendremos que quedarnos aquí hasta que cumplas siete meses. Sé que en un mes es tu graduación y asistirás en silla de ruedas para luego volver al hospital, tal vez si mejoras un poco podemos hablar con Boyoung para poder asistir a tu baile de graduación, mereces asistir —Chan habló mientras ponía su mano sobre la del menor, que se encontraba en su vientre, sus ojos mostraban preocupación, pero a la vez alivio de que su precioso niño estuviera bien.

—¿Habrá juicio para Song Mingi? —preguntó acercándose un poco más al mayor para poder apoyarse en su pecho, empezando a sollozar segundos después—. Estaba asustado, tenía miedo de que me hiciera algo y no poder volver a verte, o de perder a nuestro pequeño, tenía miedo, Chan.

—Mi niño —el mayor se abrazó aún más al cuerpo del más pequeño, acariciando su espalda con cuidado—. Lamento no protegerte, ahora prometo protegerte sin importar que pase. Aún si muero, moriría protegiéndote, yo moriría por ti —declaró mientras continuaba con las caricias, sonriendo levemente al sentir que los sollozos del mejor paraban lentamente.

Justo cuando Jeongin iba a responder, el doctor que habían llamado entró a la habitación, haciendo que lentamente Chan se separara de Jeongin.

—Qué bueno que despertaste, Jeongin, empezábamos a preocuparnos —dijo el adulto mientras se acercaba al menor—. Soy Min Yoongi y seré tu doctor temporalmente en lo que la señora Boyoung vuelve de sus vacaciones —revisó primero los ojos del más pequeño para luego continuar con otras partes de su cuerpo, prendiendo el ecógrafo minutos después—. Bien, ahí podemos ver al pequeñito, parece bien a pesar de la pérdida de líquido, pronto empezará a dar pataditas de seguro —rodo esto lo dijo con una sonrisa mientras miraba el ecógrafo.

—¿Ya ves, In? Él está bien, nuestro pequeño Josh está bien y está creciendo —dijo Chan juntando su frente con la del menor, el doctor rió y en silencio se retiró de la habitación, dejando solos a la pareja—. Estaremos bien bebé, saldremos adelante.

Ambos se sonrieron levemente antes de unir sus labios en un tierno beso, Chan había extrañado esa sensación y ahora sabría que su bebé estaría realmente bien, pues él lo cuidaría. Si tres días sin que él despertara habían sido una tortura, no se imaginaba si hubieran sido más días.

—¿A dónde me llevas? —Jeongin hizo un puchero mientras sentía que la silla de ruedas era llevada hacia algún lugar.

—Es sorpresa, bebé —respondió Chan con una sonrisa mientras llevaba al menor hacia una pequeña sala, que le prestaron para poder hacerle una sorpresa al menor—. Ya casi llegamos, falta poco y llegamos —rió al ver al menor celebrar y luego de dejar la silla del menor frente a un plato de comida, le permitió sacarse la venda—. Uhm, como nuestra cita del otro día fue interrumpida, quise hacerte hoy una pequeña sorpresa —dijo con un muy leve sonrojo en sus mejillas.

—Wow, jamás pensé que el tonto alfa también pudiera hacer esto —Jeongin rió suavemente mientras bajaba su cabeza, ocultando su sonrojo—. Bien querido, alfa, sentémonos a cenar porque el bebé me exige comida —rió el omega mientras miraba al alfa, sonriéndole.

Ambos comieron entre pequeñas bromas, risas, besos robados y sonrojos. Al terminar, Chan se acercó al omega, arrodillándose ante él.

—Como final de la cena —Chan agarró las manos del pequeño, sonriendo—. Esto quería pedírtelo hace tres días, sé que vamos a casarnos, pero eso es una farsa, yo quiero que seas mi novio, Jeongin. ¿Me concederías el honor de ser quien tenga tus besitos? —dijo sonriente el mayor, esperando la reacción del menor.

—No tienes ni por qué preguntar, Chan —contestó el Omega, riendo un poco—. Claro que quiero ser tu novio y la única persona a la que puedas darles tus besitos.

Ambos se sonrieron antes de unir sus labios en un tierno y calmado beso, sintiéndose felices con la presencia del otro.