VALAQUIA | KOOKV ⚰️

Capítulo 3

Tercera vez y mi lobo sigue llamándome imbécil.

Nisiquiera yo entiendo el por qué de mi reacción. Ahora que me despierto estoy en lo que supongo, es mi habitación.

Debo decir que el negro lo hace elegante, no tengo mucho de qué quejarme más que lo increíblemente ostentosa que es una sola candela.
Cada espacio está totalmente lleno de grandeza, las paredes tienen un diseño definido y detallado, incluso cada arruga en la pared.

El techo está en forma de triángulo, de él cuelga una cadena grandísima de lo que supongo es acero inoxidable que sostiene un candelabro, y realmente debo dejar de ver hacia arriba si no quiero salir corriendo.

Hay una cama al centro, tiene una barra de metal en cada extremo que detiene una especie de techo falso sobre la misma. Pequeños muebles de madera tallada a mano, cuadros de figuras extrañas por toda la habitación y una ventana con balcón donde entra la luz del día, que por lo que veo no hace mucha acá.

Me apena decir que fueron doce horas las que estuve en un sueño profundo, donde todo lo que hice fue aparecer mágicamente sobre la suave tela de una cama sin nadie al rededor.

(Por eso me hablas a mí, oh estoy tan harto)

-Maldito lobo bipolar.

Decidí levantarme y explorar un poquito alrededor.
Me encontré con un closet escondido, con cajas vacías. Seguí dando vueltas por el lugar sin dejar de abrazarme a mí mismo.

Es ruidoso de una forma extraña, si te quedas callado lo único que escucharás es el galope de los caballos y el aleteo de las aves que supongo rodean el castillo por su altura.

Fue cuando me acerqué al ventanal que quedé en silencio. De frente, todo lo que podía ver eran montañas, montes y un cielo azul con el sol opaco. Las casas de lo que parecía adobe se veían tan pequeñas que el vértigo me alcanzó.

Era gigante y no había duda. De la parte de abajo del castillo, unos diez metros separaban mi balcón de un puente larguísimo de piedra, bajo el mismo había un lago grande y abundante de aguas cristalinas ligeramente contaminadas.
Me alejé de inmediato y me asusté.

-Recuerdo haber subido solo unas escaleras... ¿cómo es que amanecí tan lejos del suelo?

La puerta se abrió en mi momento de crisis haciéndome saltar y levantar mi guardia.

Pero era él, de nuevo.

-Buenos días señor Kim. ¿Descansó bien?

(Grr, señor, grr)

-T-tengo veinte años.

-Oh, lo lamento. ¿De qué forma le gustaría ser llamado?

Suspiré y negué.
-Olvídelo, así está bien. Y dormí bien por cierto, más no entiendo las circunstancias por las que me encuentro en esta ¿planta? es muy alto- susurré.

-Rescatamos sus pertenencias- me dijo, ignorando mi pregunta- pero no encontramos ningún tipo de vestimenta por lo que le pido que me acompañe a comprar algo adecuado para su encuentro con el señor Jeon.

Si antes estaba emocionado ahora estaba aterrado.

-¿No puedo conocerlo antes?

-Me temo que no y tampoco tengo permitido seguir contestando sus preguntas. Así que le pido amablemente que me siga sin ningún otro cuestionamiento.

-Está bien.

Quiero obligarme a creer que todo este misterio no es por alguna razón que vaya a condenarme a algo por el solo hecho de haber venido.
Empiezo a preocuparme y sentirme intranquilo; no quiero culpar a mi lobo porque él mismo me pidió que huyéramos antes de reconocerlo.