El deleite más grande de la ironía es que no esperas lo que realmente pasará y de acuerdo a ello, sin querer dejas en las manos de la espontaneidad el rumbo que las cosas han de tomar.
Eso era algo que yo, Kim Taehyung, aseguraba sin duda.
-¿A dónde exactamente quieres viajar, señor Jeon?
-A tu corazón- me dijo.
Después de tres horas de lectura y conversación mi cansancio acabó conmigo. Tenía la sensación de que algo malo estaba ocurriendo en el castillo pues se presentaron tres mujeres más gritando desgarradoras a las afueras del castigo; todas ellas diciendo que él había prometido no hacerles daño a sus hijos.
Y estaba de más decir que ese él era el Conde Jeon.
Ahora, lo que me traía un mal sabor de boca era el insípido misterio que todos manejaban. Aún no acostumbrado a la exagerada incertidumbre decidí aguardar en silencio y aceptar que era cuestión de tiempo para que me acostumbrara.
(El tiempo es bueno)
Y vaya que lo era, con las comodidades otorgadas no podía quejarme la verdad.
En busca de calmar un poco mis incesantes dudas me dirigí a la biblioteca esperando encontrar a Jimin.
Era el día tercero de mi celo y la cantidad de supresores que tuve que tomar a escondidas causó bastante efecto en mí, gracias a la Luna.
Todo estaba en completo silencio, el ruido de afuera era lo único que podías escuchar de manera ligera entre tantas libreras. Tomé asiento en el suelo y golpeé mis pies con la madera; unos minutos bastaron para ver salir al pequeño rubio de la sección de Fantasía.
-¡Tae!- exclamó, corriendo hasta mí.
-Hola Jiminie, gracias al cielo si te encontrabas aquí.
Verlo es una alegría poco común.
Se sentó con las piernas cruzadas a mi lado, tenía un vestido delgado y largo hasta los tobillos. Tuve la necesidad de ofrecerle un abrazo pero por alguna razón él se mantenía lejos de mi contacto físico.
Le sonreí pequeño y cuando quise acercarme su rostro se petrificó.
-E-estás en celo...- me miró, más afirmando que preguntando- Oh no, no, no... ¿Estás en celo?
(¿Qué jodidos le pasa?)
Eso me he estado preguntando desde que Namjoon puso una espada en mi garganta, maldita sea.
-¿Por qué me ves así?
Jimin suspiró con fuerza, dió media vuelta pensativo y luego me señaló.
-¿Hace cuánto?
-¿Tres días?- susurré desconfiado.
-Taehyung ¿has visto a Jungkook en estos tres días?
Asentí.
Claro, él fue quien me cuidó en mi humillante desesperación.-¿Q-qué?
-Oh Dios mío, ¿por qué todos aquí hacen eso? Ustedes son demasiado extraños ¡Ya no puedo fingir demencia!- exasperado me levanté- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¡Siempre preguntando mientras tartamudean!
-Es que... Vaya, de verdad no entiendo como estás vivo. ¿Le has hablado así a Jungkook?
-No me veas como si fuera un maleducado- gemí con indignación, obviamente con indignación.
Jimin parpadeó sin saber que decir, frunció los ojos y se cruzó de brazos en un acto... nada atemorizante.
-Jungkook jamás tuvo un omega en celo en el castillo, murieron antes- arrugé el entrecejo ante la sinceridad de sus ojos- No quiero asustarte Tae, de verdad me alegra que estés vivo pero hay algo que no me cuadra.
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VALAQUIA | KOOKV ⚰️
Puisi↠1897 Kim Taehyung es enviado a Rumanía a contribuir con las tutorías coreanas del Conde, con un rosario en la mano y un diario taquigrafico digno de la época victoriana lo que menos esperaba era caer en manos del dueño de la sangre, la eterna vida...