Capítulo 17

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Jungkook me había encerrado en la habitación.

No literalmente en realidad. De manera ridícula decidí darle un mínimo de atención y seguí las tutorías con seriedad.

A él no pareció molestarle mi comportamiento berrinchudo de los últimos tres días, todo lo contrario; estuvo atento a mis cambios de humor burlándose de mi frialdad para luego acariciar mis mejillas.

Un golpe de mi mano no le causaba la más mínima reacción; para mi desgracia.

Temprano por la mañana me acerqué al balcón de mi habitación y grande fue mi sorpresa tan rápido como pude ver el puente del castillo; al menos unas cinco carrozas entraron por el enorme jardín principal. Tras la puerta, el sonido del creciente bullicio haciendo eco en las paredes barrocas.

La fiesta del Omega de Jungkook era realmente una festividad.

Suspiré con fuerza y miré mi camisón blanco. Acaricié mi abdomen y sacudí la cabeza caminando hacia el armario; me cambié por ropa limpia después de ducharme y apliqué una ligera cantidad de rubor a mi rostro.

-No repusieron mi pulsera...- susurré.

No eran joyas muy significativas, pero eran costosas y en plenos años victorianos el que un Alfa le regalase algo como esto a su Omega era de valorar.

Seojoon era el prototipo perfecto de un admirable Alfa Inglés, desde su prepotente presencia hasta su reputación como claro heredero atrapando a cualquier persona que se le pusiese enfrente.

( hubiera sido un poco menos imbécil, ese maldito)

-Ese maldito...

Rocé la puerta con mis dedos. No tenía candado.

Sin mayor fuerza pude abrirla con facilidad, miré sorprendido y sonreí con satisfacción. Jungkook había vuelto a liberarla de cerraduras.

-Ahora me dejarás aquí... ¡Voy a morir de claustrofobia Jungkook! Esto es terrible, ¿cómo puede encerrarme?- había reprochado, según yo a la oscuridad.

-Ni que fuera sorpresa que el Señor Jeon esté incluso en las paredes- le dije a mi lobo exhalando frustrado.

Lo pensé una, dos y tres veces.
Si seguía aquí terminaría aburrido sobrepensando cosas que no debería, eso estaba mal.

-Sí, saldremos.

(Nos meterás en problemas de nuevo)

-Si no pudiera hacerlo, él no hubiese quitado los candados. Sé pensante lobo- me defendí, con una risita.

(Grr)

Salí a pasos pequeños, mis mocasines moviéndose con elegancia. Decidí que sería cuidadoso y caminaría con discreción para evitar algún percance con vampiros desconocidos o personal ajeno al castillo.

Crucé el pasillo hasta la primera ronda de escaleras con pasos tímidos y apariencia decidida. A pesar de los minimos rayos de sol el ambiente era diferente, se escuchaba con claridad el movimiento de varias personas.

Fue la primera vez que escuché algo más que el terrorífico silencio. Y me emocionaba tanto como me asustaba.

Me asomé en una de las columnas de yeso y sonreí chiquito admirando como las puertas estaban totalmente abiertas, a lo lejos y con dificultad pude identificar un grupo moderado de personas en grandes escaleras colocando telones blancos y corintos en la parte frontal.

Me incliné un poco más alcanzando con la vista fruncida el movimiento alegre de los ayudantes presentes.

Y debo decir que estaba tan sorprendido que casi no lo creía. El paso por el que el Conde me llevaba me había hecho pensar que jamás admiraría una sola sombra que no fuese Namjoon, Seokjin, Jimin y el mismísimo Jungkook.

VALAQUIA | KOOKV ⚰️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora