La lluvia caía con fuerza sobre el castillo. Eran las doce con cinco de la mañana y bajo el poderoso ruido y terror que se sentía en un lugar como este al recibir una tormenta no lograba conciliar el sueño.
Jungkook había salido de la habitación aproximádamente dos horas atrás, conversamos por tres horas seguidas sin parar, sin sentir el tiempo.
Hasta que el cuervo negro del primer día salió huyendo con él como si pasara algo importante afuera, lo ignoré.
-Justo cuando las pesadillas quieren parar, otra cosa me prohíbe descansar. Oh Diosa Luna, ¿qué mal te he hecho?
Sinceramente, no dormir ya era parte de mi rutina incluso antes de llegar a Valaquia, no había una sola noche en la que no despertara respirando agitado y con el corazón en la boca después de soñar que me caía del precipicio más alto existente.
Las tengo desde que tengo memoria, es como si de pequeño me hubiese caído y hasta ahora el trauma siguiera en mí, es horrible.
(Tenemos que obedecer)
-Lo sé, donde sea mientras seamos omegas- resulta que jamás me atreveré a salir de nuevo en busca del conde Jeon, sí, no quiero otro trauma.
Puedo escuchar sonidos irritantes en el silencio de la noche. Me acerco hasta la puerta de mi habitación y es allí cuando puedo detectar la voz de almenos tres mujeres discutiendo con Jungkook, decido que no es de mi incumbencia así que regreso a mi lugar. Sin embargo, la puerta fue abierta de un solo golpe.
Frente a mí, viéndome sugerentes habían tres mujeres. La primera era una rubia de ojos oscuros, la segunda era peliroja y de piel morena y la tercera era casi tan blanca como la primera, a diferencia de que sus ojos brillaban color verde. Empezaron a cuchichear entre ellas, empujándose suavemente. Permanecí en silencio, empezando a asustarme.
Bajo la luz de la luna, ninguna de las tres dejaba reflejar indicio de sombra.
-Anda, empieza tú con el goce- le dijo la rubia a la morena.
-¿Me das la dicha?
-Sé rápida o las tres seremos condenadas sin probar tal ágape.
Entonces, la pelirroja se acercó a mí, me vió a los ojos con una fuerza que no pude distinguir pero que me obligó a quedarme callado y temblar en anticipación, no, no quería esto. En mi garganta podía sentir su respiración caliente, sus colmillos me dieron la impresión de rasparme y cuando intenté moverme, ella sostenía mis muñecas con sus largas uñas.
(Alfa)
-Ápurate Liph- lo siguiente que sentí fueron sus labios acercándose a los míos, sus dedos recorriendo mi yugular, sentía tanto miedo que por un momento confundí el sentimiento con una pequeña atracción. Era demasiado para cuando imaginé que sobre mí estaba Seojoon repitiendo que me mostraría el amor que me tenía, casi empiezo a llorar.
Antes de que sus colmillos se insertaran en mis venas el grito de Jungkook resonó en toda la habitación, haciéndome volver en sí. La tomó de los rojos cabellos y la empujo a las otras mientras Namjoon las sostenía con una fuerza brutal.
Sus ojos, los ojos del Conde Jeon estaban ardiendo en la furia más inhumana y podía jurar en ese mismo momento que sus ojos pondrían a temblar incluso al mismísimo diablo y sobre ellos la destrucción entera del infierno comenzaría.
-Ustedes... ¡Judas las amaría! Les permito la entrada con tal fin y se atreven a meterse de esta forma con mi invitado. ¡Oh malditas perras! Le han abierto la puerta al prohibido de nombrar.
-¿De qué habla? ¡Usted no puede siquiera conocer la palabra amor!- la rubia discutió alterada.
-¿Quién eres para abrir la boca? ¡Claro que puedo amar! Y eso no es de la incumbencia de ningún desleal. Ante su perdurable alabar a mi padre decidí tenerles compasión, pero esto... ¡Él es mío! Y ustedes, indignas y desobedientes, con tan solo atreverse a ver sus ojos conocerán al Empalador de Valaquia.
ESTÁS LEYENDO
VALAQUIA | KOOKV ⚰️
Poetry↠1897 Kim Taehyung es enviado a Rumanía a contribuir con las tutorías coreanas del Conde, con un rosario en la mano y un diario taquigrafico digno de la época victoriana lo que menos esperaba era caer en manos del dueño de la sangre, la eterna vida...