Melancolía

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-Dime Mario- dijo la princesa, dando unos pequeños saltos como si sintiera cosquilleos en los pies , con curiosidad de saber su opinión-. ¿Qué te pareció el pastel que te preparé? -Estaba tan ansiosa por saber su respuesta.

Ambos estaban en el comedor real, la princesa le había invitado a desayunar.

-Hmmm, está bien mi princesa. -Dijo con un tono de voz no tan convencedor, tratando de formar una sonrisa, Peach se dio cuenta de eso y no lo tomó bien.

-¿Por qué ese ''hmmm''? -Preguntó sonando un tanto decepcionada, puso el ceño medio fruncido y cruzó los brazos.

-No está tan mal mi cielo.

Los ojos de la princesa empezaban a humedecerse y se apartó de él lo más lejos del comedor, abrazándose a sí misma.

-¿Qué sucede preciosa?

-No es nada, ¡solo me olvidé de cerrar el horno!.

Trató de sonar lo más conversadora posible, mas no lo logró.

-No creo que sea por eso.

Aunque la princesa tratara de ocultarlo, Mario entendió perfectamente lo que sucedía y le explicó el motivo de su comentario.

-No amore mio, no es lo que piensas -Mario de un salto se levantó de la silla para acercarse a ella poco a poco-. Me gusta, es solo que te pasaste un poquito con la esencia de vainilla, eso no quiere decir que seas una mala cocinera, un error lo comete cualquiera.

Mario se acercó a ella suavemente para abrazar con delicadeza a su amada princesa, ella volteó su cabeza al instante mirándole por una fracción de segundo a sus ojos, entendió que actuó mal frente a Mario, entonces se volteó devolviéndole el abrazo con mucha fuerza.

-Lo siento Mario -susurró apenada-. Es solo que lo hice todo tan meticulosamente y con cuidado, no puedo creer que algo tan simple como agregar la cantidad de esencia adecuada se me haya pasado de la mano.

-Quisiste hacerlo perfecto, pero te sientes mal porque no salió como querías y ese error lo tomaste como algo personal.

La princesa asintió.

-Oh Peach -le abrazó con más intensidad-. Juntos prometimos trabajar en eso. Eres mi dulce tesoro, debes comprender que nada va a cambiar el amor que siento por ti, prepares lo que prepares te seguiré amando con todo mi corazón, no guardes todos tus problemas en secreto, que no quiero verte sufrir en silencio.

-Gracias Mario -se secó las lágrimas -. Aprecio mucho tus palabras de comprensión... -Le dio un tierno beso sobre la nariz -¡Tú sabes cómo animarme!

De repente Mario se agacha ligeramente para sostener a Peach sobre ambos brazos, esto termina sorprendiéndola por lo inesperado que fue.

La princesa se sonrojó, sentía que su corazón dio un vuelco, estar sobre sus brazos era una sensación que no cambiaría por nada del mundo.

Ambos terminaron riendo y dando vueltas al rededor de la mesa, era un momento tan especial.

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Estaba recordando Peach mientras cortaba algunas rebanadas de fresa para el pastel de Bowsy.

-Listo -dijo Peach con un tono de voz algo afligido entregando el postre-. Aquí está tu pastel de fresas Bowsy

-¡Gracias mama Peach! -tan pronto como lo asentó en la mesa, él lo comió de un solo bocado-. Mmmm ¡este es el mejor pastel que he probado en mi vida!

Perdóname (Mario x Peach) fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora