FOR YOUR EYES ONLY (Charles Leclerc fanfic)

1. Café y contratos

Jamás imaginé que la vida daría un giro gigante, un espiral de emociones el cual sigo sin comprender del todo. En ocasiones me cuestiono si no estaré loca por dejar atrás mi carrera y centrarme en apoyar el sueño de un adolescente al que llamo hermano. No, no estoy loca, es la realidad que estoy viviendo ahora.

Sigo sin creer que me encuentro sentada en un café de Los Ángeles, esperando una charla que cambiará la vida de mi hermano por completo. Cuando hace apenas unas horas me encontraba sentada frente al mar, observando las olas llevarse consigo pequeños montículos de arena. Recordando la última puesta de sol que presencié antes de tomar tantas desiciones. La realidad me golpea, me convertí en madre y padre de un adolescente.

El local está lleno, las conversaciones variadas y las risas se mezclan con el aroma del café y lo que pareciera ser croissants recién hechos. La figura a un lado de mi se mueve impaciente, golpea el suelo con su pie derecho repetidas veces. Trato de enfocarme en el café americano frente a mi, debe estar frío, hemos esperado una eternidad. Supongo que así son estas cosas, lentas y sumamente complicadas. En la puerta del local se encuentra suspendida una campanilla, es así como sabes que alguien arribó al lugar. No ha sonado por lo menos en los últimos 10 minutos.

— ¿Crees que se arrepintieron? — su voz suena nerviosa.
— No lo creo, simplemente les gusta hacernos esperar.

No tengo intensiones de ponerlo más nervioso. Parece comprender un poco la situación, suelta un suspiro que imagino ha estado guardando por mucho. Su mirada es como la de un cachorro asustado. Toco su hombro en modo de apoyo. Al estar tanto tiempo solos he aprendido a ser más comprensiva, después de todo solo tiene 18 años. Mi celular vibra por la llegada de una notificación, se trata de un mensaje de alguien llamado Rueda. No dice más que un "En 5 min llego" no puedo evitar bufar, en ocasiones pienso que somos un chiste para esta gente.

— Dame buenas noticias — volteo a ver la mirada preocupada que me lanza mi hermano. Muerde sus uñas en desesperación, necesita controlar su nerviosismo.
— Estará aquí en 5 minutos, no desesperes. Digo lo último más por paciencia que por él, si por mi fuera ya me habría ido desde hace un par de horas. Su expresión es idéntica a cuando se subió por primera vez al auto de prueba de Ferrari. Me es complicado memorizar sus inicios en el automovilismo, pero hasta donde sé no lo ha hecho tan mal, no por nada llego a ser piloto de prueba de la escudería más popular hoy en día.

La campanilla del local resuena en mi cabeza, ambos volteamos en dirección a la puerta esperando ver una figura conocida. Por ella entra un hombre de unos 40 años, alto y de complexión delgada. Luke parece reconocerlo y de inmediato se pone de pie, yo por el contrario permanezco sentada observando a ambos saludarse de forma amistosa.

— Le presento a mi hermana, Annie — ambos voltean en mi dirección, me levanto lo más rápido que puedo y extiendo mi mano en dirección al extraño, bueno, más extraño para mi.
— Ah, tú eres la famosa Annie. Luke habla de ti todo el tiempo. Tenía muchas ganas de conocerte — su acento al hablar es diferente, tomo su mano y este la aprieta. Sonrío de forma sincera, en ocasiones olvido mi papel en estas cosas.
— Es un gusto conocerlo, espero Luke no hablara de más por mi — volteo a ver al chico que hace unos minutos estaba muerto del miedo, ahora no para de sonreír de oreja a oreja.
— Cosas buenas debo decir, espero podamos conocernos mejor con el tiempo — sonríe.
—Lo mismo digo — vuelve a mi la calma.

Los siguientes minutos se dedican a hablar de cosas que no entiendo. Hablan sobre el rendimiento, la pruebas, el motor y algo sobre estadísticas y porcentajes. Cuando comienzan a tratar el tema de los entrenamientos logro captar algo de información. Si bien llevo tiempo viendo a Luke trabajar en estas cosas debo decir que soy ajena a muchas de ellas.