Pizza y... ¿café?

75 6 1
                                    

Mi cabeza duele, todo a mi alrededor da vueltas. La luz que entra por las ventanas de la habitación me lastima, la punzada en mi frente se intensifica. He llorado tanto que mis ojos apenas pueden mantenerse abiertos. Me obligo a salir de la cama pues no puedo continuar en este estado. Mi celular sigue apagado, no he tenido el valor de encenderlo; si alguien quiere verme tendrán que venir a mi puerta, aunque no pienso abrirle a nadie.

Decido tomar una ducha y dejar que el agua se lleve todos mis problemas; si tan solo eso fuera posible. Parte de mí quiere dejar atrás todo por lo que Charles me ha hecho pasar pero... olvidar al monegasco es una tarea difícil. Me doy ánimos pensando que no estoy sola, tengo a Luke a Jen y a... Carlos, quiero pensar que sí. Agradezco que al menos la tristeza se esta alejando, pero no me gusta el sentimiento de rabia y odio que comienza a crecer dentro de mi pecho.

Tienes que demostrarle a Charles que eres más fuerte de lo que piensa. ¿Por qué ser vulnerable ante sus ojos? Que vea que no eres cualquier cosa. Sí, mi yo interno comienza a cooperar con mi cabeza, supongo es una forma de sostener a mi corazón. Ya estoy cansada de sentirme traicionada por las personas que quiero, lo mejor por ahora será distanciarme. Después de todo, no llegamos a ser nada, al menos nada concreto.

Salgo de la habitación esperando no encontrarme a nadie en el camino. En mi bolso el celular que aún está apagado genera más peso que los objetos a su alrededor. Trato de no pensar en la pequeña bomba que cargo conmigo más por necesidad que por gusto. No pienso encenderlo a menos que sea necesario. Me dirijo a la habitación de Luke, necesito pasar un tiempo con mi hermano. De no ser así tendré que recurrir a Carlos.

Corro con suerte pues no me encuentro a ningún chico de ojos verdes en el camino. Estoy segura que ya debe estar en la ciudad, en el mismo hotel. Mañana comienzan los entrenamientos y no sería bueno que llegara el mismo día que dan comienzo todas las pruebas. Necesito alejar a Charles de mis pensamientos. Llego a la puerta de Luke esperando a que mi hermano responda a mi llamado. Pasan varios minutos y no recibo respuesta alguna.

— ¡Eh Rivers! — la voz de quien creo es Carlos me sobresalta. Volteo en dirección a la persona para confirmar que es el español.
— Por todos los cielos — tocó mi pecho tratando de calmar mi corazón — Carlos, casi me matas del susto.
El español sonríe de oreja a oreja, camina lentamente en mi dirección. Trae puesto un pantalón blanco en conjunto a una camisa azul celeste que le va muy bien. Le sonrío pues me alegra ver su rostro después de algo de tiempo.
— ¿Estás bien? — frunce su ceño algo dudoso por sus palabras — ayer me dejaste preocupado.
— Estoy bien, yo... recibí una noticia que me tomó por sorpresa — aquello era cierto.
— Espero que no fuera algo malo — su curiosidad me da risa — ¿segura que no fue por el artículo sobre nosotros? — guiña ligeramente un ojo y las comisuras de sus labios se elevan un poco. Niego con la cabeza a la vez que suelto una risa pequeña. Le sonrío esperando que aquello sea suficiente para calmar su curiosidad, parece aceptarlo.
— ¿Sabes dónde está Luke? — señalo la puerta cambiando por completo el tema.
— Vengo bajo sus ordenes — elevo una ceja — me pidió que viniera a buscarte, no ha podido despegarse de las pruebas en el coche. El equipo lo tiene trabajando duro.
— Puedo imaginarlo — suelto una risa nerviosa.
— Me dijo que no contestabas el celular, estaba muy preocupado sabes — abre los ojos haciendo énfasis en cuanto Luke ha estado pensando en mí.
— Debo haberme quedado sin batería, olvidé cargar el celular — toco levemente mi cabeza indicando mi falta de memoria. Carlos me observa no tan convencido, le lanzó una mirada  apenada y el suspira.
— ¿Segura que estás bien? — me mira esperando una respuesta sincera. Quiero contarle, decirle todo lo que ha pasado estos últimos días. Advertirle que tenga cuidado con Charles pues presiento que la situación entre ellos comenzará a intensificarse pero... me mantengo callada. Carlos no necesita lidiar con mis problemas.
— Estoy bien Carlos, no te preocupes — vuelvo a sonreír pero esta vez trato de aferrarme a la sinceridad que pide — ¿me buscaste en mí habitación?
— Sí — suelta una risa con algo de pena — no te encontré así que supuse estabas aquí y... aquí estás.

FOR YOUR EYES ONLY (Charles Leclerc fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora