Seamos amigos

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Es día de clasificación, la temperatura en la ciudad se ha mantenido estable. Luke no para de dar vueltas en la habitación, ahora pienso que sería mejor si tuviéramos habitaciones separadas. Se ha cambiado de playera 3 veces y no logra encontrar sus tenis que según él le traen suerte. Me encuentro sentada en la pequeña sala que compone la habitación, ha funciona como mi oficina estos días. Tecleo rápidamente al mismo tiempo que lo veo sobre la pantalla de mi computadora. Enfoco la vista de nuevo en el escrito que tengo frente a mí.

— ¿Todo bien? — mencionó sin mirarlo, continuó tecleando.
— No encuentro mis malditos tenis — se agacha para ver debajo de la cama.
— Si fueras más ordenado no estarías pasando por esto — más y más tecleo.
— No necesito tus sermones — bufa molesto. Ignoro su enojo creciente, yo no necesito de su mala energía el día de hoy.
— Seguro los dejé en la habitación de Pierre —
susurra entre dientes, rasca su cabeza en frustración. ¿La habitación de Pierre?
— ¿Qué hacías en la habitación de Pierre? — pregunto sumamente confundida.
— Él y los chicos me invitaron a una reunión pequeña — suelta sin tomarle importancia.
— ¿Cuál fue la razón de quitarte los zapatos en una reunión? — me cruzo de brazos sobre la mesa en la cual trabajo.
— Por favor Ann, deja de preguntar tonterías y ayúdame a buscar — que genio carga este chico.
— Con tu humor prefiero quedarme sentada, gracias — regreso la vista a la computadora — ponte otros y deja de frustrarte tanto — comienzo a molestarme.
— Son mis tenis de la suerte, no puedo ponerme otros — se que me observa más que desesperado pero no tengo ganas de seguir peleando.
— Como quieras — lo escucho caminar a la entrada y azotar la puerta, más le vale haber ido por sus tenis.

Unos minutos mas tarde me encuentro con Luke en el ascensor. Se le ve más tranquilo con su calzado de la suerte que fue a recoger de la habitación de su amigo. Aún sigo sin entender la razón de quitarse los zapatos en una reunión, quizá jugaron twister o algo parecido.
Estamos lado a lado esperando a que el ascensor abra las puertas en la planta baja del hotel.

11, 10, 9, 8 ...

El ascensor abre sus puertas en el piso 7 dejándonos ante la mirada de dos pilotos sumamente ansiosos. Charles y Carlos nos observan como si de su familia se tratara.
— Hey, Rivers — Carlos menciona mirando a Luke, no pasan uno segundos cuando el español ya está posando velozmente su mirada sobre mí. Charles hace lo mismo y siento que mis piernas comienzan a temblar.
— Carlos, Charles — Luke los saluda inclinando ligeramente la cabeza.
Ambos pilotos se apresuran a entrar al elevador. Ahora estamos dentro de un espacio reducido a unos centímetros de separación. Entre pilotos se dan un choque de puños, yo solo puedo sonreír nerviosa.
— Ann, me alegra verte de nuevo — Carlos toca ligeramente mi hombro en señal de saludo. Observo que Charles está muy atento a los movimientos de su compañero, lo mira confundido.
— Es bueno verlos de nuevo — suelto un suspiro.
— ¿Durmieron bien? — la voz de Charles se hace presente en el extraño encuentro. Volteo a verlo para descubrir que me observa pero decide romper el contacto mirando a Luke.
— De maravilla — Luke responde animado.
— Todo bien — lo digo casi como un susurro.
Miro a Carlos descubriendo que el español no ha dejado de observarme.
— ¿Ustedes descansaron? — Luke pregunta más por compromiso que por curiosidad.
— Más que bien — Carlos se apresura a decir.
— Todo bien — Charles repite mis palabras, se nota un tanto intranquilo pero disimula con una pequeña sonrisa.
Por un momento todos miramos al suelo, el ambiente es un tanto incómodo.
— A por todo hoy chicos — Carlos y Charles voltean en dirección a Luke, cada uno le agradece a su manera y yo solo puedo pensar en que el tiempo en el elevador ha sido lento.
Las puertas por fin se abren en el lobby del hotel. Charles y Carlos salen primero, los sigo con Luke por detrás pisándome los talones.
— Nos vemos en el circuito — Charles menciona seguro de sus palabras. Voltea a vernos con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Me lanza una mirada asegurándose de que escuchara sus palabras. Por un momento pienso que van dirigidas a mi y no al resto. Ideas locas de mi cabeza.
— En realidad... — Carlos pausa un poco con sus palabras — ¿te gustaría acompañarme en el auto? — lo miro sorprendida, este chico va muy rápido o tal vez solo está siendo amable.
No sé qué decir, trato de confirmar si es a mí a quien quiere, eleva una de sus cejas.
— Cuidado Sainz — Luke habla en tono serio. Miro a mi hermano y a Carlos casi al mismo tiempo. Carlos alza las manos en señal de paz.
— ¿Te refieres a ir al circuito en tu auto? — pregunto nerviosa. Pero que pregunta tan más tonta.
— En realidad no es mi auto — ríe un poco — el equipo siempre trae automóviles interesantes para movernos — vaya suerte — Luke puede venir también.
Se que Luke muere por subirse al auto con alguno de estos pilotos, puedo sentir su emoción.
— Yo sí voy — mi hermano no pierde el tiempo.
— ¿Ann? — me he quedado muda — ¿qué dices? — Carlos insiste.
Aunque quisiera decir que no y poner como excusa que quiero caminar, se que mi otra yo muere por acompañarlo. Cuando estoy por responder, Charles decide hablar.
— Carlos, deja de incomodar a las chicas — los tres hombres a mi alrededor ríen. Demasiadas emociones teniendo cerca a estos pilotos. Que más da, estas oportunidades no llegan siempre, es mejor aprovechar el momento.
— De acuerdo — los tres cortan su creciente risa. Carlos suspira en señal de tranquilidad y Luke pega un brinco de felicidad. Por otro lado Charles se ve confundido, rápidamente cruza su mirada conmigo puedo notar un poco de tristeza en su semblante. ¿Por qué? Trato de sonreírle pero el decide cortar el contacto por segunda vez.
— Bien, vamos que llegamos tarde — Luke da media vuelta y comienza a caminar apresurado.
— Yo... — miramos al monegasco — subiré a la habitación, creo que olvide mi celular — rasca un poco su nuca — los veo en la pista.
Sin más, da media vuelta y se aleja de nosotros.
Lo miro desaparecer de mi vista, de nuevo esa sensación de abandono me acompaña.
— ¿Vamos? — la voz un tanto grave de Carlos me saca de trance.
— Vamos.

FOR YOUR EYES ONLY (Charles Leclerc fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora