La misma bolsa roja

119 7 0
                                    

Charles quedó segundo en el Gran Premio de Arabia Saudita. Sé muy bien que el segundo lugar no es muy alentador para él, pero al menos logró llegar al podio. Por otro lado, Carlos quedó quinto ganando algunos puntos para el equipo. No he hablado con el español desde la cena con su familia, sus mensajes siguen pendientes en mi celular. Pareciera estar dándome un poco de espacio, tal vez Luke le comentó que estaba enferma y decidió mantener su distancia.

Vi a Charles portar la pulsera que le obsequié. La llevaba puesta en su mano derecha y no pude evitar sonreír como tonta todo el día después de ver la carrera en la televisión. Por algún motivo, aquel pequeño acto me hizo sentir mucho mejor. Tiempo después no hubo mensajes ni llamadas provenientes del monegasco. Me convencí de que así debía ser, al menos no estaría dándole vueltas una y mil veces a las cosas. Aunque me molestó un poco el que Charles decidiera desaparecer cuando estuvo desesperadamente buscando mi atención.

Seguimos en Jeddah, apenas es lunes y el vuelo de regreso a Miami está programado para hoy en la noche. No he visto a Luke en todo este tiempo, si bien ya me siento mucho mejor, prefiero seguir manteniendo distancia. Solo hemos tenido una que otra conversación a través de la puerta. He estado pidiendo servicio a la habitación por tantos días que quisiera salir a dar una vuelta, estar encerrada no es lo mejor. Al menos he sido un poco productiva y mis libretas han comenzado a llenarse de ideas nuevas para mis siguientes obras.

— ¿Ann, estas ahí? — los golpes en la puerta me sobresaltan. Me despego de la computadora frente a mi en dirección a la puerta.
— ¿Carlos? — mi voz comienza a escucharse normal.
— Por todos los cielos Ann... ¿por qué no contestabas? — me divierte su tono tan español.
— Lo siento Carlos... estos días estuve enferma y me desconecté por un tiempo — aquello no era mentira pero vamos, no solo quería desconectarme, quería desaparecer de la búsqueda insaciable de Charles.
— Y... ¿ya estás mejor? — duda un poco.
— Mucho mejor, gracias — hablo bajo.
— Bueno... — ríe — ¿podrías abrir la puerta? Es un poco extraño hablar de esta forma.
Su risa se adentra en mi cabeza trayéndome el recuerdo de él sentado frente a mí disfrutando de una cena con su familia.
— No quisiera contagiarte Carlos... preferiría guardar distancia.
— ¡Oh vamos!... pero si has dicho que te sientes mejor. Además, ya han pasado algunos días según por la información que Luke me dió. No creo seas un peligro — pausa y la sonrisa en mi rostro se acrecienta — venga, abre la puerta. Te he traído algunas cosas.

¿Cosas? Me sumerjo en mis pensamientos tratando de visualizar que tipo de "cosas" decidió traer el español. Algo en mí quiere abrir la puerta y ver su cara como si fuera la primera vez que veo a una persona. Necesito algo de contacto físico. Sin pensarlo, mi mano se encuentra en el picaporte quitando el seguro. El aire del exterior pareciera ser más fresco, la mirada de Carlos se posa en mí y su sonrisa se ensancha.

— ¡Aquí está Ann! — se emociona e intenta abrazarme, lo detengo de inmediato.
— Evitemos el contacto, de verdad no quiero ser un problema.
Me observa algo decepcionado, frunce los labios. Yo también quisiera abrazarlo, pero quizás sea mejor mantener la distancia un tiempo más.
— De acuerdo — se rinde — si así puedo ver tu rostro, con eso me basta.
Sus palabras son como dulces, te dan una descarga de energía.
— ¿Te parece si vamos a un lugar más abierto? Así me sentiría más segura de saber que tú estás seguro — le sonrío y el ríe por mi juego de palabras.
— Claro, así podremos desayunar juntos — apenas noto la bolsa roja con el logo de Ferrari que trae consigo, se da cuenta de lo que miro — oh si... te traje esto.

Me extiende la bolsa emocionado por ver mi reacción ante lo que hay dentro.
— No tenias que traer nada.
— Ni lo menciones, solo quería darte algo para animarte un poco — suspira — quería venir antes pero el equipo me retuvo demasiado.
Sonrío negando un poco con mi cabeza restándole importancia. Tomo la bolsa que parece contener piedras.

FOR YOUR EYES ONLY (Charles Leclerc fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora