Capítulo 3

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Amy

8:00PM exactamente, ni un minuto más, ni uno menos, Alex me esperaba a la puerta de mi apartamento, normalmente era un chico apuesto, y hoy, su ropa deportiva lo hacía ver aún más hermoso de lo normal. Llevaba unos pantalones grises y un pullover ancho del mismo color, acompañado de unos hermosos tenis blancos, como los que acostumbro ponerme.

-Amy, estás hermosa-dijo como si hubiera visto lo más maravilloso del mundo. Solo me había puesto un vestido blanco y verde que me hacía algo de cuerpo acompañado de mis Nike blancos.

-Hermosa yo?- no pude evitar soltar una carcajada a pesar de que me gustara su comentario, cómo iba a ser hermoso un desastre como yo?-gracias Alex, tu también estás guapo.

-Si lo sé, siempre estoy guapo, yo soy guapo-

Al parecer era el tipo de persona que te sacaba una sonrisa de la nada, de cierta forma era alguien a quien le gustaba molestar de manera graciosa.

Al bajar el edificio me di cuenta que Alex no traía su auto.

-Iremos a pie, es más linda la ciudad de noche llena de luces, y así podemos ver mejor el cielo-me dijo.

-Justo te iba a preguntar eso, bueno caminemos que quiero llegar pronto, seguramente hay mucha comida ahí.

Alex no pudo evitar reír ante mi comentario.

-Parece que no eres el único gracioso aquí- le dije con cara de orgullosa, y comenzamos a andar.

Alex me sorprendía cada vez más, había imaginado que era igual a sus amigos, y cada vez me demostraba más lo contrario.

-La noche está hermosa- comentó mirando al cielo.

-Al parecer te gusta apreciar el cielo eh?-pregunté curiosa-Me hablaste de las estrellas y ahora la noche, qué momento del día prefieres para contemplarlo?

-Me encanta la noche y a tí?

-Soy fan #1 de los atardeceres junto al mar, me brindan una tranquilidad inmensa, se siente muy bonito sentarse en la playa a mirar como el sol se esconde y como la noche aparece.

-La vida es linda cuando la sabes aprovechar y ver sus cosas positivas.

-Lo es-Le respondí mirando hacia arriba y recordando a mis padres.

-Conversemos- dijo en un tono tranquilo-quiero saber más sobre tí.

-Bueeeno, ¿qué te puedo decir?, soy cubana, y viajé acá tras la muerte de mis padres, que me impactó mucho, pero luego entendí que es el ciclo de la vida y no podemos evitarlo, de todas formas a todos nos pasará.

-Lo siento mucho, debe haber sido duro para ti.

-Algo así, aunque solo tenía 8 años, mi familia de aquí me lo ocultó hasta que tuvieron que contarme.

[...]

-¿Y que más te gusta además de los atardeceres?-Me preguntó cambiando de tema.

-Adoro los animales, sobre todo los perros- hice una pausa- bueeeno, algunos, mientras sean pequeños, o grandes pero conocidos.

-Le tienes miedo a los perros?- se rió.

No pude evitar sonrojarme, así que en lugar de responder seguí hablando.

-Me gusta mucho el helado, los dulces, la comida en general.

-Mmmm vale, interesante.

[...]

En pocos minutos llegamos al lugar, era precioso, habían muchos juegos, una rueda de la fortuna, una sala del terror, muchos peluches como premios y sobre todo mucha comida. Ese sitio tenía todo para pasar una magnífica noche.

No puede ser amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora