C A P I T U L O 29

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CAPITULO 29


            —No. Han pasado los dias de rutina que me dijiste, y Jeff se esta cansando, ademas, la terapia sobre caminar y esas cosas que el doctor pidio que hiciera ya las esta haciendo, ¿que es lo qué pasa entonces, James? Porque ya tengo más de una semana aquí.

—Tranquila, dame unos minutos para verificar de nuevo la información; acabo de revisar que ha pasado con éxito los exámenes viduales, físicos y de recuerdo. Al parecer tú noviecito no tiene ningún problema. Solo una tuerca mal puesta, ¿entiendes? —se ríe entre dientes como un verdadero idiota.

—Muchas gracias por recordármelo.

—De nada —responde con sarcasmo.

—Por cierto, necesito que me busques esa cantidad de sedantes que te pedí, la necesito para antes de llevármelo, quiero tener todo preparado... —dije con sigilo mirando a mi alrededor, —y que no se te olvide que vas a ayudarme, ¿entiendes?

—Claro que si, princesa—contesta sonriendo con amabilidad.

Jack se marcha para encargarse prontamente del pequeño asunto que aún faltaba por finiquitar. La enfermera aún rondaba por los pasillos siguiéndome el rastro, o al menos tratando de hacerlo, aún así, ya tenía listo un propósito para ella. Mi mente seguía siendo un desastre últimamente, pero no me daba el permiso de echarme a llorar por lo que estaba pasando, aún le debía explicaciones a mi madre, seguramente está muy preocupada por mí ahora mismo, y se que ella tampoco se siente cómoda con la situación que me rodea, y también se que ha de pensar lo peor de mi, pero, nada era peor que ver a Jeff despierto. Porque él podría estar planeando cualquier cosa para fugarse de este lugar, o quizás estoy siendo demasiado paranoica, de haberlo hecho no estaría en estos momentos observándolo en silencio como dormía en su cama. Me muerdo las uñas pensando en lo peor que podría pasar...

¿Que es lo peor que podría pasar en estos momentos?

—Buenas tardes —saluda en voz baja la enfermera entrando por la puerta medio abierta empujando levemente el carrito con la comida de Jeff, —¿como se encuentra el paciente hoy? —susurra amigable la chica de cabello corto y recogido y con gafas más grandes que su cara.

—Está durmiendo —susurró colocando el dedo índice sobre mis labios, —yo me encargare de despertarlo y darle su comida...

—Bien, si necesitan algo pueden llamarme, con permiso —sale por la puerta rápidamente y la cierra detrás de ella.

El sonido de la perilla alertó a Jeff, quien abrió los ojos y bostezó cansado. Tallo su rostro y volteo a verme con rapidez.

—¿Sofia? —pregunta somnoliento.

Me levanto del sofá y me acerco a él arrastrando los pies y estirando mi cuerpo. Le ayudo a levantarse sujetándolo del brazo sintiendo su fría piel, el me sujeta de la muñeca y me atrae hacia él sonriendo.

—Tienes muy calientes las manos, ¿haz estado pensando en mi? —ronronea abrazándome por la cintura, —¿porque mejor no hacemos cosas sucias?

—Primero debes de comer —dije besando su frente, —además, ya le dije a James que te voy a sacar mañana de aquí... ¿Que te parece?

—Me parece excelente, mi amor —dice atrayéndome hacia él hasta caer encima suyo.

Apoyo mis manos sobre las sábanas y sonrió acostándome a un lado de él, y como si hubiera tomado fuerzas, las mismas que yo le conocía a él, me sujeta de la cintura y me abraza rodeándome con sus piernas y sus brazos, me besa la frente y yo le correspondo.

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