C A P I T U L O 24

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CAPÍTULO 24

           Los pensamientos que me cruzaron por la mente eran fugaces, pero al mismo tiempo, la curiosidad de saber porque estaba haciendo esto aumentaba. Jeff había comprado muebles y arreglo el interior de la casa para que fuera más cómoda. Y había un reloj en la pared que llevaba al segundo piso por las escaleras. Como era de noche, revise la hora en el. Y confirme que si funcionaba correctamente luego, revise las habitaciones de la parte de abajo. Había una cocina, que también era comedor. Una sala de estar con chimenea, un recibidor. El pasillo junto a las escaleras conducía a la puerta del patio trasero, habían dos puertas por ambos lados, una era del cuarto de lavado y la otra que era para la alacena.

En la parte de arriba habían tres habitaciones. Dos de ellas con cuarto de baño y el restante solo era un dormitorio pequeño. Me quede al pie de las escaleras y voltee a ver el desván junto a la pared del pasillo, este tenia varios cajones y algunas velas pequeñas y gruesas encima que iban de la más grande a la más pequeña. Quería saber más, así que con rapidez me impuse a abrir la puerta que daba al patio, con sorpresa al girar la perilla Jeff me detuvo de golpe y volvió a cerrar la puerta sin que pudiera hacer algo al respecto y me volví rápidamente para entender que era lo que pasaba.

        Jeff me miró a los ojos con la misma expresión de alguien que no quería que fuera descubierto algo importante, él simplemente sacó su llave y le coloco seguro a la puerta.

—Todavía no he preparado el patio. Está un poco sucio y descuidado. Será mejor que lo dejemos así.

—Está bien —asentí.

—Bien. Por cierto, ya guardé las maletas en la habitación, estaba pensando qué tal vez podemos desempacar después y pasar nuestra primera noche aquí, un poco más relajados, ¿no crees? —me rodea con sus brazos por encima de los hombros, —no quiero hacer nada...

Sonreí pasando mis manos debajo de su chaqueta y por debajo de su suéter, —bien, me parece muy bien que pienses así —murmuré, —después de todo, debemos de hacer este un lugar un poco más acogedor para los dos, ¿no es así? Porque yo no quiero estar en ningún otro lugar, más que aquí, contigo.

—Te amo —me besa en ese momento.

Tocaron a la puerta y antes de que pudiera siquiera hacer algún otro movimiento con Jeff, el volteo hacia atrás como si fuera un maldito animal cazador que había sido alertado. Luego volvió a mi, y sonrió tomándome de los brazos y besando mi boca de nuevo.

—Ire a ver, pero, si llega a pasar algo, tengo un arma y municiones detrás de la lavadora en el cuarto de lavandería —se asegura de decirme antes de que el sonido de los golpes comenzara a sacarlo de quicio, —¡maldición! —gruñe caminando hacia la puerta.

Jeff se mantiene en silencio delante de la puerta, y entrecierro los ojos cuando él levanta las manos al aire con poco esfuerzo. Me acerco a paso rápido alarmado y me detengo de golpe rodeando los ojos fastidiada.

Jack yacía de pie frente a Jeff sosteniendo un arma y apuntándole decidido a volarle la cabeza.

—Jack, baja esa puta arma —exclamé enojada.

Jeff comenzó a reír entre dientes, como si lo creyera que enserio Jack iba a dispararle. Así que se mantuvo relajado ante los ojos repletos de odio de su ex mejor amigo quien entró a la casa y se tomó el tiempo de cerrar la puerta y colocarle seguro. Me hundí de hombros cruzándome de brazos.

—Ya basta de juegos, Andrew —alza la voz Jack furioso.

—Vaya, ¿crees que llamarme por mi segundo nombre va a hacer que ceda ante tus súplicas de mierda? —le cuestiona Jeff, —pero oye, me divertí demasiado cuando trajiste al ultimo, ni siquiera me tomo tiempo matarlo, ¡fue aburrido! —se burló.

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