Te quise tanto que no tuve un límite de cariño, como la gota que derrama el vaso, así notablemente sobrepasaron mis sentimientos contigo.
Dicen que todo en exceso es malo, es cierto, pero cómo se contiene el crecimiento de un querer, y querer tanto, hasta sentir que la fuerza de los sentimientos te pueden enloquecer.
Se suele confundir lo que se quiere con lo que se siente, porque sentimos que queremos algo y queremos sentir además eso necesitamos, pero en otro caso, necesitamos expresarle a quien queremos lo que sentimos como un acto sano.
Tanto desbordamiento de cariño, el acto de reprimirlo tiene una consecuencia caótica, queremos explotar de sentimientos y demostrar lo que sentimos, de lo contrario nos sentimos agobiados como personas.
Quise tanto, quise mucho, y puedo asegurar que nunca dejaré de querer, estoy segura de que mis sentimientos siempre han sido muy intensos, tan intensos como un fuego que no para de arder.
Sentir así también es como tener a los lados el temor y a la libertad, por una parte me da miedo sufrir y por el otro toda la liberación de sentir en paz.
Al final sé que no tengo límites al sentir porque mis sentimientos me sobrepasan hasta a mí misma, si supieran lo emocionante y lo aterrador que es saber que mis sentimientos se sienten más grandes que mi propia vida, y eso incluye el sentimiento una vida vacía.