Anhelando bienestar como deseamos estabilidad, fallamos generalmente, ganamos hábitos innecesarios, justificamos karmas, lamentamos muchos momentos mientras nos oponemos a ocasionar penas, queremos reencontrarnos, reír sin sentir tantos tormentos, tomar un vino, vivir, valorarnos, valorar, vaciar whiskys. ¿Xenofobia? Ya, yacen zonas.
Vivimos unas tormentas, sentimos rupturas que parecen puñaladas, pensamos omitir nuestros males mientras muchos lastimosamente llevan karma, justificadamente imponemos hacer hazañas hasta ganarlas finalmente, fé en esperanza deseando día a día conseguir culminar ciertas batallas, batallas aspiro acabar, ahora aspiro admirarme.
Sólo deseo ya no tener tantas batallas con mi persona y que cada momento haga admirarme y quererme cada vez más.