Soy mucho más de lo que pienso, pero pienso tanto que mis pensamientos me suelen ganar a mí, aunque no lo vea de manera clara, sigo siendo mucho más de lo que puedo admitir.
Soy la esperanza que termina esperando que todo marche como se espera, aunque la espera termina cansando hasta donde más se tiene paciencia.
Soy el aire que transita en todos lados, aunque en todos lados no dan buenos aires, tal vez nos damos cuenta quien es quien cuando ya es muy tarde.
Soy el mar, el Sol y la tierra. Me ahogo en ideas mientras quemo actitudes que no deberían ser, todo eso sucede mientras me paro de manera firme en la misma tierra a la que un día parte voy a volver a ser.
Soy el miedo, la muerte y la vida, y es que tanto temo pero no por morir, sino más bien por vivir con la mente en ruina.
Soy la rapidez, la lentitud, la nostalgia, la risa, una lágrima y mil cosas. Y es que que rápido nos puede invadir la nostalgia cuando las circunstancias nos castigan lentamente, tanto reímos que aparentemente pagamos el precio con cada lágrima, tanto pasamos y al final lo único con lo que que pagamos constantemente es con miles de sentimientos.
Últimamente soy tantas cosas y una de ellas es la duda, por eso dudo en dudar de mí.