Tantas veces dije "cuando haya una próxima vez" y no siempre la había, muchas veces esperé que algo se aproximara, y cuando ya estaba próximo, nada ocurría.
Pocas veces todo pasó como esperaba, pero tal vez pensaba que las cosas ocurrirían después, hay tanto que hoy en día sigo esperando, y de esos tantos la mayoría no las hice en el momento por decir "mejor la próxima vez".
Todo lo dejamos para después, aunque después cualquier otra cosa puede pasar, creamos presentes de futuros arrepentimientos y por si fuera poco hay cosas que no hicimos en el ayer que hoy nos generan mucho pesar.
Dejamos pasar oportunidades creyendo que en cualquier momento tendremos otra oportunidad, sin saber si de millones de posibilidades esa oportunidad es la única que se nos pudo otorgar.
Algunas veces tenemos pena, temor o hasta dudas, por eso en ocasiones dejamos pasar todo, hasta que todo pasa y desearíamos volver a repetir momentos para esta vez actuar de manera segura.
Nos despedimos diciendo "nos vemos la próxima vez" sin saber que sería la última vez que nos veríamos, hay tantas despedidas que quedaron en un hasta luego, sin saber que luego ya no habría después, por cosas del destino.
Decimos "la próxima" sin saber que no la hay, no se sabe que será de cada uno después, porque después de este instante cualquier cambio se puede aproximar.
Después no hay próxima.