Capítulo 07.

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28.06.21.
Estadio Arena Pantanal.

-¿Como van las cosas por ahí?.

Recorrió con la mirada por todo el palco y se removió en su lugar, incómoda por todas las miradas que sentía en ella, volvió su atención a la llamada.

- Bien, aquí todos te extrañan, hasta Max.

Río sin ganas, también extrañaba al neerlandés sin duda. Como también extrañaba a Lewis, escuchar los regaños de Toto, la sensación que recorría su cuerpo al subirse al monoplaza y la manera en que se aceleraba su corazón al ganar un podio.

Los días fuera del circuito eran horribles, se sentía más cansada de lo normal y dormía muy poco. Hace poco había sufrido un ataque de ansiedad por estar sentada en la sala de su casa sin hacer nada.

Nada de lo que hubiera deseado para éste año, estaba saliendo bien y eso le preocupaba.

- Con Lolo decidimos venir a Brasil unos días, para ver los partidos- contó con un poco de emoción en su voz, al menos los partidos le daba algo de consuelo.

Vettel desde el otro lado sonrió contento al escucharla un poco más alegre que ayer. No le agradaba la idea de estar alejado de ella, y poder hablar de frente algunas cosas, ni poder estar cuando ella lo necesite, se habían acostumbrado a estar siempre juntos.

- Tengo que irme Mar, te llamo más tarde. Te quiero mucho.

- También te quiero Seb, suerte y regresa en una sola pieza.

Se rasco el brazo con nerviosismo, algo que notó su hermano y golpeó su mano para detenerla, Mariana le devolvió el golpe aun más fuerte. Comenzaron una pelea de golpes limpios, sin medir su fuerza y sin pensar que no estaban en su casa. Mariana esquivó un golpe que iba directo a sí cabeza y se burló de Lorenzo.

-¿Mariana?.

Los hermanos quedaron helados cuando oyeron una voz desconocida, voltearon en sincronía sus cabezas y se pusieron colorados al notar de quien se trataba. Mariana y Lorenzo mantenía su posición, sin soltarse los mechones de pelos que tomaron entre sus manos para tirar de ellos, fue la piloto de Mercedes quien reaccionó primero y empujó a su hermano para soltarse, sonrió fingiendo que no había sucedido nada.

-¿Te podrías sacar una foto con mis hijos?.

Contuvo el grito de emoción y se acercó a los hijos de Líonel Messi, soltó una pequeña risa al escuchar las anécdotas de los menores sobre las carreras que habían visto. Inesperadamente, Antonella se quedo con ellos y comenzó una charla amigable, provoco que las miradas cayeran en ellos y se sintiera inquieta por todos.

- Leo me contó que iras a comer con ellos- habló Anto, llamando su atención. Carrizo asintió con una sonrisa un tanto forzada-. Te podría presentar a las chicas, nosotras también iremos.

Volteó su mirada hacia el grupo de mujeres, notando que ya la estaban observando, intento no sentirse intimidada pero fue en vano.

- No creo que encaje con ustedes, soy todo lo opuesto a femenino- murmuró con inseguridad.

- Tus gustos no te hacen diferente a nosotras, realmente me gustaría conocerte más.

Sonrió con sinceridad, si antes amaba a la mujer, ahora lo hacía con fuerza.

🏆🏆🏆.

Los nervios la consumían lentamente, sentía las miradas nada disimulada de los demás y todo aquel que reía, sentía que lo hacía de ella. Miró con una sonrisa forzada a la mujer que le hablaba, Carolina le había caído demasiado bien al igual que Anto, eran maravillosas.

Dio un pequeño bocado y al instante sintió nauseas, la comida quedó atascada en su garganta, trago el pedazo de carne sintiendo un gusto amargo. El asado estaba riquísimo, lo sabía, pero su estómago se había cerrado hace unos minutos y todo lo que comía se volvía desagradable a su paladar.

- Iré al baño- aviso a su hermano y salió rápidamente del patio.

Ni siquiera sabía dónde estaba el maldito baño, solo quería salir de ahí. Su alrededor comenzó a ponerse borroso, las manos le temblaban y sus pasos ya no eran tan firmes. Intento tranquilizar su respiración como le había enseñado su psicólogo pero no parecía funcionar.

Metida en sus pensamientos, chocó sin querer con alguien, por un momento creyó que caería al piso pero fue sujetada a tiempo y busco refugio entre los brazos del desconocido.

-¿Estás bien?.

La voz de Otamendi hizo traerla un poco a la realidad, lo único que pudo hacer fue negar con la cabeza y aferrarse más al abrazo del jugador.

Nicolás comenzó a preocuparse al verla tan mal, acarició con lentitud la cabellera de la piloto y le decía que todo estaba bien, al notar que no funcionaba, comenzó a recordar las charlas informativas que le daba Emiliano cuando estaban al pedo.

- Mar, decime que hay en la pared- pidió mientras acariciaba su espalda en un intento de tranquilizarla.

- Hay tres cuadros, un reloj y un cartel- habló mirando donde le indicó Nicolás.

- Bien, ¿de qué son los cuadros? ¿Me decis que color tiene y que hay?.

Mariana empezó a detallar el contenido de cualquier cuadro, nombrando cada pequeña cosa. Terminaron los dos parados en medio del pasillo hablando sobre el cuadro y Nicolás sintió un alivio cuando la vio de nuevo bien.

-¿Mejor?.

- Sí, gracias por ayudarme- murmuró avergonzada, odiaba cuando las personas la veían así.

Nicolás sonrió y con toda la confianza del mundo, rodeo con su brazos los hombros de la contraria, juntos empezaron a caminar hacia donde estaban los demás. Otamendi habló sobre muchas cosas, intentado despejar la mente de la chica.

Ignorando el pequeño cosquilleo al sentir la cercanía de ella.

Lorenzo quien comía muy a gusto hablando con Martínez Quarta, casi se atraganta al ver a su hermana abrazada por Nicolás. Los celos de hermanos hicieron presencia en su cuerpo, y se contuvo en usar el cuchillo para alejar al jugador.

Si supieran lo que se le venía ahora.



















Primera interacción de Mariana y Nicolás,
estoy gritando de emoción.
¿Qué tal le va pareciendo la historia hasta ahora?.
No saben lo emocionada y agradecida que estoy por el apoyo que le están dando, enserió, muchísima gracias🤍.

HUMAN| Nicolás Otamendi|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora