Capítulo 09.

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- El es Arthur, mi hermano.

Empujó al menor fuera de su escondite, su espalda, vagamente recordó las veces que Arthur hacia lo mismo cuando era más pequeño.

Su mirada recorrió por todo el lugar, buscando al jugador que últimamente rondaba por su mente sin ninguna explicación. Se negó a sentirse decepcionada al no encontrarlo con los demás.

Decidió sentarse entre Tagliafico y Lisandro quienes a penas la tuvieron a su lado le ofrecieron un mate y empezaron hablar de temas triviales. Reía por las idioteces que decían todos, le fue imposible no compararlos con sus compañeros, eran casi idénticos en algunas cosas, solo que se dedicaban a jugar la pelota.

Después de tomar un termo entero, su vejiga le exigió ir al baño y está vez, sabiendo donde quedaba, camino hasta el lugar. En el trayecto hacia el baño, se entretuvo viendo los mensajes de sus compañeros, contuvo su risa al leer todas las idioteces que decían.

Todos ofendidos porque los había cambiado por los futbolistas.

Messirve.

Pierre.
Traicionado es poco.
Nos cambió por esas cosas.

Mick👱🏻.
Ahora Julián es su favorito.
Hasta China se siente mi corazón
romperse.
Le diré a papá.

Danny Ricc.
Oigan, ¿Quién es Nicolás?.

Charles 🦌.
Nadie importante.
Borra ese nombre, no lo quiero ver.

Iba a responder cuando un impacto contra su cuerpo la hizo caer al piso, soltó un insulto por haber sido tan idiota, de seguro había chocado contra una pared o algo. Levantó su vista para ver el culpable y se encontró con la sonrisa de Nicolás.

- Creo que se está haciendo costumbre.

Mariana desde el suelo soltó una pequeña risa, se mantuvo sentada. Observó desde pies a cabeza, y mordió su labio al encontrarlo tan lindo, hasta podía notar un bulto sobresalir de un lugar en especifico.

Otamendi le ofreció su mano para poder levantarse y ella lo tomó encantada.

- Que no se haga costumbre o mi culo quedará más chato- respondió con una sonrisa, sin soltarle la mano.

- Yo lo veo igual.

Nicolás sonrió con diversión y miró sin disimulo el cuerpo de la mujer, traía un vestido floreado que le llegaba hasta las rodillas y su pelo suelto, para Otamendi, se veía perfecta.

-¿Como estás? No me contestaste el mensaje- le reprochó con una sonrisa mientras se apoya en la pared.

Mariana solo pudo soltar una risa y odiar a sus hermanos por semejante drama que hicieron al ver los anteriores mensajes de Nicolás, de tan solo pensar en las quejas de Charles le dieron ganas de asesinarlo.

- Acá andamos, ansiosa por volver a correr.

Nicolás admiro el brillo en sus ojos al nombrar las carreras y la sonrisa tan bonita que apareció en su rostro al hablar de ello. Se quedaron hablando por un minutos bastante largos, donde la lejanía entre sus cuerpos desaparecía con los segundos, dejando a Mariana acorralada contra la pared y el cuerpo de Nicolás.

Otamendi no dejaba de desviar sus ojos hacia los labios rojizos de la chica, mientras ella hablaba muy animada sobre su estadía en el país brasileño, sin darse cuenta que Nicolás casi no le prestaba atención.

Su burbuja se rompió cuando el teléfono de la piloto sonó, Mariana frunció su ceño y se disculpó con él para luego responder.

-Charles pourquoi m'appelles-tu?.

Nicolás miró confundido a la chica, hablaba muy fluidamente francés y casi no entendía lo que decía, hasta parecía hablar en un idioma extraño.

- Je jure que je te tuerai toi et tes frères, je ne fais rien de mal. Comment sais-tu que je suis avec lui ? ne me coupe pas Hervé, ¡Percival!.

Miró el celular con frustración, esos idiotas le sacarían canas verdes algún día.

- ¿Estás bien?.

- Por supuesto. Cosas de hermanos celosos- respondió sin dejar de ver el aparato entre sus manos. Ninguno de sus hermanos se dignó en responder sus mensajes.

- Te cuidan, yo también lo haría.

Un escalofrío recorrió por todo su cuerpo al sentir tan cercano el cuerpo del futbolista contra suyo y su aliento golpear su rostro. Alzó su rostro, y casi sufre un infarto al notar la cercanía entre sus rostros, un solo movimiento y podría probar los labios ajenos.

Mariana lo haría, restaría la lejanía entre sus labios y probaría qué tal besaba, pero no sé sentía segura de ser correspondida, quizás estaba enloqueciendo.

- Me gustaría verlo, no es nada fácil- respondió sonriendo con burla.

Los dos quedaron en silencio, dudando si dar el siguiente paso. Pero Mariana se separó y se escapo de entre sus brazos, intentando ignorar las pulsaciones de su corazón.

Estaba nerviosa, y eso la sorprendió un poco.

- Creo que es hora de volver.

La piloto soltó una pequeña risa mientras asentía, se acercó y le dio un beso en la mejilla. Nicolás sostuvo la cintura contraría, aguantando las ganas de tomarla por su rostro y plantar un beso en aquellos labios.

Sin más, Mariana siguió su camino hacia los baños dejando al futbolista aún intentando procesar las emociones que sintió en su cuerpo al sentirla tan cerca de su cuerpo.














Traducción.

¹ ¿Por qué me llamas, Charles?.

² Juró que te mataré a ti y a tus hermanos, no estoy haciendo nada malo. ¿Como sabes que estoy con él? No me cortes Hervé, ¡Percival!.

HUMAN| Nicolás Otamendi|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora