Capítulo 39.

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Autódromo José Carlos Pace,
Sāo Paulo, Brasil.

- ¿Qué piensas sobre lo último que dijo Hamilton?.

Miró a la cámara con una sonrisa forzada, las personas a su alrededor esperaban ansiosos su respuesta y se sintió un poco intimidada, no le salían las palabras para explicar que pensaba sobre eso. Se había prometido que no hablaría y trataría de evadir el tema.

- Bueno, si él siente que no hubo realmente una amistad, quien soy para contradecir sus palabras. Si quiere hacer todo lo más profesional posible, así será.

Una vez que pudo ser libre, salió en busca de la persona que últimamente le daba más molestias que alegrías, su querido compañero de escudería. Quien parecía no quería verla, porque no lo encontraba por ningún lado. La verdad, solo quería hablar y aclarar las cosas una vez por todas, deseaba aunque sea una patética excusa y sería feliz.

Toto cada que pasaba por su lado, le exigía en silencio que arreglaran el problema que había entre ellos, y estaba seguro que era lo mismo para Hamilton. Por el momento no accionó por ellos, ni dio su opinión ante sus actitudes infantiles y eso le asustaba, Wolf daba miedo cuando se encontraba enojado.

- Cada día te ves más linda, mami.

- No voy a golpear a nadie ni discutir con alguien, hoy estoy fuera de servicio- murmuró, obteniendo una sonrisa por parte del menor.

- Hoy no necesito de esos servicios, quiero un consejo.

Se detuvo para observar con incredulidad a Pierre; mantenía una sonrisa al conjunto de un sonrojó suave, y fue inevitable recordar a cuando a penas era un adolescente. Mariana entrelaza sus brazos y buscan un lugar para hablar, tendrían varios minutos libres hasta las próximas prácticas, lo suficiente para conversar de todo lo que quisieran.

En cuánto eligieron un lugar tranquilo y alejado de la multitud, Mariana preparo el mate mientras esperaba con paciencia a su aprendiz que empezará hablar. Realmente se encontraba emocionada por hablar sobre las emociones del francés, Pierre era una persona difícil, a quien le costaba expresarse. Aún recuerda la época en que estuvo en Red Bull y tuvo que luchar para tener una mísera conversación sobre sus emociones.

Desde pequeños les enseñó a hablar sobre aquello que le molestaba o hacia que su humor no sea tan bueno, casi siempre se usaba de ejemplo y es que siendo una adolescente evitaba a toda costa expresarse, se encerraba en ella misma y se ahogaba con sus propios pensamientos. No deseaba que sus niños sufrieran lo mismo pero eran tan tercos que nunca le hacían caso.

-¿Te acuerdas del chico que hablamos el otro día? Bueno, hemos estado hablando últimamente- confesó, sonaba demasiado nervioso y eso le divertía a Mariana.

- No te notó muy feliz, ¿te hizo algo?.

- Fausto es la persona más linda del mundo, es incapaz de hacerme algo. El problema soy yo, él quiere que seamos algo más serio y me niego cada que lo pide.

Lo miró sin saber muy bien que decirle; una parte de ella entendía la razón de porqué se negaba a estar con él y la otro se sentía un poco decepcionada al saber que no se arriesgaba. Un silencio tranquilo invadió entre los dos, Mariana pensó para luego hablar.

- Yo creo que deberías arriesgarte, no digo que hagas público tu situación romántica, muchos de acá tiene una relación y nadie sabe- le sonrió con cariño, junto sus manos para darle apoyo-. Te mereces ser amado, quizás él sea el indicado.

HUMAN| Nicolás Otamendi|.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora