El verano estaba por acabarse.
Pronto, los estudiantes volverían a sus escuelas, los empleados volverían a sus trabajos, y los turistas a sus ciudades.
Pero este último detalle inquietaba a Camila.
Irse de Miami para volver a su ciudad significaba dejar a Lauren.
Y nadie quería eso.
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Camila despertó esa mañana en su cuarto.Se sirvo un tazón de cereales y Ally y Normani llegaron al rato.
Ambas chicas la miraron.
-Buen día..-Dijo Normani después de dar un sorbo de su café.
-Buen día. -Respondió Camila concentrada en su cereal.
Ally debía mencionarle, si, debía decirle.
Las cosas no se iban a decidirse si no lo hacía.
-Camila...-Empezó.
-¿Si? -Pregunto esta amablemente.
-Tu...tu sabes que falta poco para que volvamos, ¿no?
La sonrisa de Camila se desvaneció lentamente.
-Ally...-Empezó respondiendo.- Yo..., yo no puedo irme tan fácil.
-¿Que harás? -Pregunto Normani curiosa.
-Mani, yo había dicho que hablaría con mi padre sobre quedarme en Miami por Lauren.
-¿Y si no puedes?
Hubo un pequeño silencio.
Tenia razón, ¿y si no podía? No se lo imaginaba.
Realmente, no había problema alguno en quedarse, ya que había conseguido una beca en la universidad estatal de ahí y podía conseguirse un empleo fácil.
Su problema realmente sería la estadía.
Si, podía quedarse en el departamento de Lauren, pero, no había suficiente espacio.
Ademas de que, por algunos problemas, había posibilidades de que les quitarán el departamento.
-Ya pensaré en algo. -Concluyó.- Ni crean que dejaré que me separen de Lauren.
Bueno, en cualquier caso, el amor de ambas era mas fuerte que nada.
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Lauren, Dinah y Hayley, se encontraban en las afueras de la oficina del señor Smith, presidente de White Records.Por primera vez, firmarian su primer contrato.
Las 3 chicas estaban emocionadas, pero realmente no estaban muy seguras, debido a que no sabían que cosas pasarían si firmaban.
-Señoritas...Jauregui, Jane Hansen y...¿Williams? -Preguntó la secretaria.
-Nosotras. -Dijo Lauren parándose.
-Pueden pasar. -Les cedió la joven señora y las 3 chicas entraron al despacho.
Se sentaron esperando al señor Smith, gran productor, había hecho varios éxitos y hits, a las chicas les convenía entrar a esa empresa.
El hombre, alto y algo robusto entró confiado, dirigiéndose a su asiento.
-Buenos días, señoritas. -Saludo amablemente.
-Buen día. -Dijeron al unísono aquellas 3.
-Bueno, vamos al grano. -Dijo el hombre y sacó una carpeta con papeles, la cual colocó encima de la mesa y reviso rápidamente.- Las quiero, las quiero dentro de mi empresa y dentro de mis negocios también.