Breaking the Rules || RubegettaAU (Omegaverse)

Capítulo 8

— Quisiéramos saber, líder de Lobos, ¿Qué sucedió para que hayamos recibido una carta pidiendo una reunión urgente? — preguntó Quackity.

Rubius miró sorprendido viendo a su mejor amigo allí y no a sus padres. Estaba seguro de que estaba allí obligadamente. Su rostro había perdido toda la gracia, parecía un verdadero líder. Él se encargaría de burlarse de su amigo después...

— Gracias por preguntar, joven heredero — dijo Vegetta con una leve inclinación de cabeza para luego llevar su atención a los demás líderes — Los he reunido aquí porque tanto el líder del clan de Búhos como el de Tigres creemos que estamos por ser emboscados por cazadores de las afueras de Karmaland...

Un chillido se oyó en la sala, todos giraron hacia el híbrido de Pato, quien al darse cuenta de su reacción, carraspeó completamente avergonzado.

En otra situación Rubius estaría carcageandose por eso, pero actualmente su mente solo está creando torbellinos de pensamientos por las últimas palabras del Lobo. Serán emboscados por cazadores...

— Disculpe líder de Lobos, pero eso es una acusacion sumamente peligrosa. ¿Por qué llegaría a tal pensamiento?.. — preguntó Mangel. Su intención no era desmeritar las palabras del contrario, pero estaban hablando de algo sumamente serio, no podían equivocarse en algo así.

— Recientemente el líder de Lobos, de Tigres y yo llegamos a esa conclusión luego de que el otro día en el que teníamos una reunión decidí tocar el tema de que hace un par de semanas mi clan fue atacado por un ejército de cazadores... — dijo Fargan.

— Luego, el líder de Lobos nos informó que también había sido emboscado por cazadores.. — continuó Luzu.

— Y llegamos a esa conclusión luego de haber tocado algunos temas más.. — finalizó Vegetta.

— Bueno... normalmente los humanos no son fuertes, tienen armas que nosostros no, pero no suelen ser rival para nosotros... — dijo Quackity tímidamente.

— No nos preocuparíamos si pudiéramos con ellos... — dijo Luzu suavemente para tratar de relajar al contrario. El Pato simplemente asintió con las mejillas de un leve carmesí.

— Cuando atacaron a mi clan no solo aparecieron con armas, sino también con pociones que solo tenemos aquí en Karmaland... — informó el Lobo. De nuevo se volvió a escuchar aquel chillido. Todos decidieron ignorar eso.

— Pero... esas pociones nos la ha proporcionado el chamán de Karmaland. Él siempre ha estado de nuestro lado y por eso siempre fue repudiado por los humanos, ¿Por qué él se los daría?... — preguntó Mangel con el ceño fruncido. No quería desconfiar de un viejo amigo, pero...

— Yo creo que todo tiene una explicación, confío plenamente en Sapo Peta...

— Me alegra escuchar aquellas palabras. Muchas gracias, líder de Lobos...

Todos llevaron su mirada a la entrada del salón. La persona que estaba allí, era el gran chamán de Karmaland.

— Gran Sapo Peta — saludaron todos con una gran reverencia.

— Oh, por favor, tienen que dejar de hacer eso cada vez que me ven...

Rubius resopló divertido desde el tejado. El chamán tenía una expresión avergonzada, pero el Oso podía ver claramente como tenía el ego hasta el cielo. Conocía demasiado bien a su amigo como para no darse cuenta...