Capítulo 11

147 18 0
                                    

— Estas últimas semanas has estado enviando muchas cartas a Quackity — había dicho Mangel en medio del desayuno. Tanto los padres de su primo como los guardias se giraron hacia él.

— Bueno, somos mejores amigos, es normal que nos enviemos cartas... — respondió el Oso sin inmutarse.

— Normalmente no se escriben porque ambos tienen una poca paciencia, y no necesitaban eso cuando Quackity venía todos los días aquí o tú ibas a su clan.. — volvió a hablar Mangel.

— Pues ahora no tenemos de otra, lo castigaron y no puede salir de su territorio por un tiempo, también tiene prohibido recibir visitas, así que solo nos podemos comunicar por cartas...

— ¿A sus veintiuno recibiendo castigos aún? — preguntó esta vez la tía de Rubius, éste simplemente se encogió de hombros.

— Los padres de Quackity son muy estrictos con él, lo siguen tratando como a un niño cuando ya es un adulto...

— Eso es cierto, ese pato lo tiene todo en bandeja de plata, menuda suerte...

Los padres de Mangel se giraron hacia quién había dicho eso, illoJuan, al darse cuenta de que lo había dicho en voz alta, carraspeó para luego ponerse rígido de nuevo. Rubius simplemente trató de contener su risa.

.

.

.

El resto del desayuno transcurrió en silencio. Al terminar, Rubius se despidió con una leve reverencia para luego dirigirse a su habitación. Se sentó en su escritorio lleno de sobres abiertos.

Antes de que el Oso volviera a su clan, él y su pareja habían visitado al líder de Tigres y llamado al Pato. Una vez estuvieron los cuatro reunidos tanto él como Vegetta le contaron del plan que tenían, el cual consistía en que ambos se enviarían cartas al otro disfrazados por cartas para ellos.

Yo te enviaré una carta y tú se lo enviarás a Luzu y luego Luzu a Veg, ¡No es tan difícil de entender! — había dicho el Oso a su mejor amigo, quien lo miraba algo confundido.

Después de mucho insistirles, ellos aceptaron. De hecho, el pato había aceptado al segundo por el simple hecho de que eso tal vez lo acercaría más al Tigre, pero eso solo lo sabrían tanto Rubius como el mismo Pato, y tal vez sus primos.

Y fue así como pasaron tres semanas escribiendose el uno al otro, al ir la carta por otros dos clanes antes de llegar a su verdadero destino, llegaba al otro en 2 días, lo cuál normalmente era casi un infierno para el Oso, y por supuesto también para el Lobo...

El Oso deseaba verlo con todas sus fuerzas, pero habían quedado en no verse tanto para evitar levantar sospechas.

— ¡No lo soporto! — gritó Rubius al aire al tiempo que se lanzaba al suelo dramáticamente. Justo en ese momento escuchó el toqueteo del otro lado de su puerta — Adelante... — dijo sin muchas ganas.

illoJuan entró a la habitación, no sé sorprendió al ver a su amigo tirado en el suelo con el rostro completamente depresivo.

— Tienes una carta de Quackity...

Esas fueron las únicas palabras que necesitó el contrario para levantarse al segundo, una gran sonrisa iluminando su rostro. El guardia miró divertido como el contrario le arrebataba aquel sobre y lo abría rápidamente para comenzar a leer la carta absolutamente emocionado.

Breaking the Rules || RubegettaAU (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora