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Hay algo sobre Kiyoomi y su pasado que tiende a guardar bajo llave en una pequeña caja fuerte en la parte posterior de su cabeza. Todos los malos recuerdos están metidos dentro, y hay quince candados que los mantienen alejados de la parte delantera de su cerebro. Pero con el regreso de May de la nada, algunos de los candados se rompen y una pequeña brecha permite que los recuerdos resurjan en los peores momentos. Como ahora, en medio de su sala de estar, mientras Junri está en su regazo y Keiji, Osamu, Tooru, Suga y Atsumu miran el juego de voleibol en la pantalla. 

Está tratando de prestar atención. Realmente lo intenta. Pero la reunión con May mañana tiene su mente dando vueltas y ni siquiera el voleibol está logrando que su mente se aleje de los pensamientos. Se da cuenta de su error cuando todos se ponen de pie, gritando a la televisión y chocando los cinco, mientras él se sienta allí, sorprendido por Junri que prácticamente salta arriba y abajo en su regazo. No ha pasado ni un mes desde que le empezó a gustar el voleibol, pero está empezando a entender el juego rápidamente. También ayuda que dos de sus tíos sean profesionales, dos están jubilados y son entrenadores, y todos los demás jugaron hasta graduarse de la universidad.

Kiyoomi estabiliza a Junri antes de acercarla de nuevo a su pecho y apoyar la barbilla en su cabeza, fingiendo concentrarse en la pelota que se mueve rápidamente. Kiyoomi no es así a menudo, pero todo se mueve a un millón de millas por minuto y no puede concentrarse en un solo pensamiento. Su mente lucha a través del desorden en su cabeza.

Un hombro que choca contra él lo hace mirar hacia un lado. Atsumu lo mira con una sonrisa amable. ¿Estás bien? Intenta decir.

Kiyoomi está a punto de asentir con la cabeza, pero en cambio, le devuelve la sonrisa y se encoge de hombros. Las cejas de Atsumu se bajan casi instantáneamente con preocupación, y ladea la cabeza interrogativamente. Kiyoomi hace un punto para mirar hacia atrás en el juego, pero el hombro que chocó contra él segundos antes todavía está allí, el calor calma la ansiedad de Kiyoomi y sus pensamientos se deslizan hacia atrás en la caja fuerte, desapareciendo por ahora. 

El juego termina con los Black Jackals ganando tres sets seguidos, y todos hablan emocionados sobre lo bien que jugaron Bokuto y Shoyo. Kiyoomi se escabulle y mete a Junri en la cama. Se sienta a su lado, dejándola usar sus piernas como almohada mientras le acaricia el cabello. Enciende la máquina de ruido, haciendo que el sonido fuera de su habitación se apague hasta convertirse en un rugido sordo, casi ahogado por completo por los sonidos de la lluvia. 

Kiyoomi piensa en su hija mientras la mira. Cómo su diminuto bebé se ha convertido en una hermosa niña y cómo será una adolescente en un abrir y cerrar de ojos. Él no puede evitar pensar en su futuro y en cómo ella podría necesitar algún tipo de figura materna en su vida. Kiyoomi sabe que su madre y su hermana siempre estarán ahí para Junri, pero también sabe que no será lo mismo que su madre real. May cometió un error hace cinco años cuando dejó a Kiyoomi con un bebé que gritaba y una bolsa de pañales con contenido que no duraría ni unos días, pero él quiere que Junri conozca a su madre. No es que May sea una persona terrible. Siempre ha sido un poco insolente y grosera, pero le importa, y a Kiyoomi le parece que lo intentará. Entonces, cuando Kiyoomi se sienta con su hija dormida, toma la decisión de intentarlo también. 

Un rayo de luz brilla en el suelo, por lo que Kiyoomi mira hacia arriba para ver a Atsumu asomando la cabeza. Sus rasgos se suavizan antes de hablar en voz baja, “Todos están a punto de salir. ¿Quieres decir buenas noches? ¿O debería echarlos y cerrar por ti?"

Kiyoomi resopla antes de moverse debajo de Junri. Ella no protesta cuando él apoya su cabeza en una almohada y se mueve hacia la puerta, deslizándose sin que ella siquiera sepa que se fue.

The Boy Next Door (and a little bit more) - Sakuatsu [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora