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Cuando me suicide, nadie tendrá una foto mía para recordar, más que aquellas donde no quería salir, más que aquellas donde salí mal.

Cuando me suicide, nadie tendrá una razón para llorar, más que por mero compromiso, más que por presión social.

Cuando se pudran las flores que habrán de colocar en mi tumba, y mi vida perdure como un recuerdo borroso de lo que fue un ser humano, mi círculo social encontrará una paz imposible durante mi existencia, una que resultó en vano.

Y aquí estoy, con un lápiz en la mano y en la otra mi corazón, temblando del miedo pero también de la emoción, con el deseo de que estas letras lleguen lejos, y con esta soga hacer de este mundo uno mejor.

Ecos De Un Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora