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Cuentanos entonces, ¿Eres capaz de pensar en una angustia más grande que aquella sentida al tener las prendas de vestir más prestigiosas, y ningún lugar donde ir?

No quedan personas que puedan apreciarte, más que los cadáveres de aquellos sobre los que debiste pasar para llegar donde estas.

En el corazón del último cuerpo sin vida, aquel en la cima, clavaste cuál alpinista la bandera del ego en reflejo de tus atributos, y con lágrimas en los ojos, tuviste el descaro de dirigir la voz a todas tus víctimas, y exclamar "Mirenme".

Ecos De Un Alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora