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El director comprendió completamente la decisión de ambos jóvenes de cambiarse de colegio, por más que quedara un trimestre para que termine el ciclo.

Por más que estaba enojado con Roier por no haberle dicho nada, ya que el joven finalmente confesó que habían sido varias veces las golpizas, que no era la primera, Auron ayudó a acelerar el cambio de escuela, recomendando una con orientación artística, cuyo director era amigo de él.

Según sus palabras, un hombre extravagante y apuesto llamado Vegeta.

A la semana, ambos chicos comenzaron de nuevo, en un lugar más verde, con gente tocando guitarras bajo los árboles, acompañados de otros que cantaban letras inventadas, más personas que hacían dibujos rápidos de cualquier cosa que llamara su atención.

Spreen le había regalado un nuevo cuaderno, está vez más bonito que el anterior, con tapa dura para que pueda escribir donde sea, y con su nombre grabado en la tapa para que el mundo supiera de quién era.

Spreen recordó cómo había estado sonriendo todo el día, a pesar del dolor de su labio, sonrió hasta que se acostumbró a ese dolor, y le agradeció escribiéndolo en ese mismo cuaderno, sindo las primeras palabras "Gracias, Spreen".

Roier palmeó el brazo de Spreen, señalando en dirección a un chico tocando un saxofón, con un muchacho en silla de ruedas frente a él.

Spreen sonrió al ver a Roier sonreír por eso, con el corazón algo dolido por el labio que no había terminado de sanar, por más que al chico no le doliera, a Spreen sí.

Por decisión de Roier, se hicieron amigos de aquellos dos chicos primero.

El saxofonista se presentó como luzu, y el otro muchacho con corte de coco era quackity.

Spreen se presentó por los dos, con algo de miedo al decir que Roier era mudo, pero los dos chicos no lo tomaron como si fuera una discapacidad, un problema, un error.

Por primera vez Roier encontró alguien más que Spreen que lo trate igual que el resto.

Para el final del día ya eran amigos, y hasta luzu llegó a prestarle su saxofón a Roier instrumento que el chico sopló muy fuerte y casi cae hacia atrás por lo aturdido del sonido, pero Spreen se había apresurado a sostenerlo.

Eso provocó risas, porque Roier había sido muy adorable con su cara de susto.

A Spreen se le seguía derritiendo el corazón cada vez que veía la risa silenciosa de Roier.

Y estaba feliz de haber llegado a un lugar donde pueda verla muchas veces.

mute ‹ ( sproier ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora