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O51

Qué hija de puta- bramó Luzu, con todo su corazón, cuando terminó de escuchar la historia de Spreen.

Quackity y Roier alzaron las cejas ante el insulto, aunque Spreen no estaba sorprendido.

- Bien, bien, siempre family friendly- Luzu rodó los ojos -. Qué descendiente femenina de la mujer del pueblo, ¿Va?

Roier tardó un segundo en reír, rompiendo la seriedad, haciendo que los demás tuvieran una mueca divertida.

- Eres raro murmuró Spreen; inconscientemente, buscó la mano de Roier para tomarla, entrelazando sus dedos. Pero ahora puedo estar más tiempo con Roier, todo el tiempo, en realidad, la madre de Roier no deja que me vaya.

-¿Y qué hay de tu madre? Spreen. - preguntó quackity

Spreen se encogió de hombros.

- Ella no puede hacer nada, ya soy mayor de edad, legalmente soy independiente-dijo.
Ambos asintieron.

- Nos preocupamos cuando no volviste a aparecer murmuró luzu, aunque su mirada fue un momento a Roier, en realidad, estaban más preocupados por el chico mudo que por la falta de Spreen.

El mayor entendió el gesto, y también miró al pelinegro, encontrándose con esos ojitos como de perrito abandonado, Spreen alzó las manos que tenían unidas, besando el dorso de la mano de Roier, y dedicándole una sonrisa.

- Lo siento- volvió la vista hacia los dos castaños. No podía hacer nada, mí madre estaba con el celular encima todo el día.

- ¿Ella veía todos los mensajes que te mandábamos? - preguntó quackity.

Spreen asintió.

Sip... Además de que seguramente revisó las conversaciones anteriores- Spreen suspiró, incómodo. ¿Recuerdan la vez que nos juntamos, y que luzu y yo terminamos un poco ebrios?

Los otros dos tardaron un momento en recordar.

¿Cuando luzu comenzó a sacar fotos de todo lo que hacíamos?

Spreen asintió.

- Y videos... Entre ellos uno mío vomitando- habló con una sonrisa vergonzosa.

Luzu abrió los ojos enormemente.

-No digas que los vió...

El rubio asintió.

- Bien, si tú madre vió esas cosas y sigues vivo, entonces tienes la mayor suerte del mundo.