O20

2.3K 333 13
                                    

Apenas habían dejado las cosas en la casa de los tíos de Roier, apenas en la entrada, dejando que el padre se encargue de entrar todo, y volvieron a subir al auto para ir hacia el médico.

Spreen notó que Roier estaba bastante nervioso y tenso, por más que no entendía la razón y las palabras de su madre tampoco le aclaraban mucho las cosas.

El rubio pasó su mano sobre los hombros de Roier, acariciando un poco su cuello, dejando su mano en el hombro opuesto, tocando su cuello con sus dedos.

Roier lo miró y un poco de preocupación dejó sus ojos.

Todo está bien-dijo Spreen, sonriendo
levemente. Estoy aquí.

Roier sonrió y asintió, como diciendo "Lo sé", y sonrió un poco.

Al llegar al consultorio del médico este los saludó a todos cálidamente y estrechó la mano de Spreen cuando se presentó.

Prosiguió a hablar con Roier, quien respondía con lenguaje de señas.

El doctor entendía casi todo lo que quería decir, pero solía dar unas miradas a la madre cuando se perdía, para que ella tradujera sus gestos.

A diferencia de la madre, el médico no le habla junto con señas a Roier, lo hacía como si fuera una persona normal, y Spreen notó lo dinámico de la conversación si Roier no tenía que escribir todo lo que quería decir.

El médico revisó su pecho, boca, garganta y oídos, revisó sus reflejos, su pulso y presión, para luego decir que estaba todo bien, darle una paleta a Roier y decirle que esperara afuera mientras él hablaba con su madre.

La mirada de Roier fue automáticamente a Spreen, quien hizo una seña para salir.

Luego de la visita al médico Roier parecía más tranquilo, pero estaba mucho más callado, en el sentido que respondía a todo lo que Spreen decía con la cabeza, sin escribir nada en su cuaderno.

Eso ofendió y preocupó un poco al rubio.

Minutos después, la madre salió del consultorio despidiéndose del doctor y subiendo al auto, haciendo que los chicos hicieran lo mismo.

mute ‹ ( sproier ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora