mute ‹ ( sproier )

O49

Apenas la camioneta estaciona frente a su casa, la puerta se abre, saliendo su madre, y detrás de él, la persona que Roier más quería ver.

Sus ojos se llenan de lágrimas, vuelve a llorar, intenta abrir la puerta, aunque no lo logra hasta que Vegetta quita el seguro, y Spreen ya está del otro lado para recibirlo, abrazándolo con fuerza, pidiendo perdón entre lágrimas, acariciando la espalda, los cabellos, dejando besos rápidos por todo el rostro de Roier.

Vegetta se acercó a hablar con la madre de Roier, le explicó lo que había pasado, aunque sólo logró asustarla más.

Por otro lado, Spreen tardó un momento en darse cuenta de las vendas de Roier en sus muñecas, y sólo tuvo más ganas de llorar, volviendo a pedir perdón, diciendo que no esperaba que él pudiera hacer algo así por su ausencia.

Roier comprendió que Spreen pensaba que se había cortado, y comenzó a negar, aunque el abrazo de su novio no lo dejaba hacer signos para hablar, quería decirle muchas cosas.

Vegetta se acercó, colocando una mano sobre el hombro de ambos.

- Creo que deberían seguir su reencuentro adentro- dijo con suavidad, con lo que ambos asintieron.

Sentados en el comedor, Roier estaba prácticamente arriba de Spreen, sin soltarlo, con el otro haciendo caricias por su espalda.

- Mamá me vió con Roier la noche de mi cumpleaños- comenzó Spreen-. No me dijo nada ese día, pero a la mañana siguiente me atacó con preguntas.

>> Si era gay, si desde hace cuánto lo era, desde cuándo estaba con Roier...- Spreen suspiró―. Entre cada pregunta solía tirar frases como "No esperaba que mi hijo fuera así", "No quiero que mi hijo sea gay", "No volverás a juntarte con Roier".

Acurrucado en su pecho, Roier sentía que era su culpa.

- Normalmente, creía que las madres echaban a sus hijos de casa cuando se enteraban que eran gays- continuó Spreen

- Ella hizo todo lo contrario, no me dejó salir, me quitó el teléfono y las llaves de casa, casi siempre me quedaba en mi cuarto, y ella se quedaba conmigo para vigilarme, no me dejaba salir.

>> Yo quería irme, quería ver a Roier, quería verlos a todos, regresar a la escuela... No sé, quería estar en todos lados menos en mi casa.

>> Hoy se fué, diciendo que me cambiaría de escuela, porque también creía que allí era donde se me había contagiado la homosexualidad... Ah, también habló mal de quackity y luzu, diciendo que eran
raros y que ellos me habían hecho gay, también...

Spreen suspiró, con cansancio, con enojo por semejante estupidez.

Podía ver tanto a la madre de Roier como a Vegetta con el ceño fruncido, también molestos por esas palabras.

- Aproveché el momento en que se fué y escapé, vine para acá porque era más cerca que el colegio― Spreen bajó la vista a Roier-. Aunque en realidad, quería ir a verte...

La señora mujer había preparado té para todos, viendo que estaban bastante alterados, pero incluso ella misma tenía ganas de arrojar la taza lejos y romperla en mil pedazos.

Te quedarás con nosotros, Spreen- dijo la mujer, haciendo que los demás presentes la miraran―. Eres como un hijo para mí, lo sabes, y no voy a dejar que vuelvas con esa idiota.

Spreen no pudo evitar reír, la mujer debía estar muy enojada como para decir una mala palabra.

Yo no voy a aceptar tu cambio de colegio, Spreen― habló Vegetta.

Spreen no podía sonreír más, agredeció a ambos, casi llorando de felicidad.