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—... Y ahora la comida ya está fría.

Spreen continuaba quejándose de que había tenido que servir a todos los demás antes de poder obtener su merecido plato.

Claro, que no había sido el único. Tanto él como los dos hermanos y unos cuantos organizadores (los que no estaban ocupados sirviendo la comida), también habían hecho el mismo trabajo, y entre todos apenas habían durado unos cinco minutos.

— Si tuvieras hambre en serio no te estarías quejando por la comida— dijo Luzu, engullendo una generosa cucharada de arroz.

Luzu le hizo burla, y el mayor rodó los ojos.

No sabía porqué Luzu estaba más irritante de lo normal, pero podía suponer que también tenía que ver con el distanciamiento con Quackity.

— Hola, mocosos— dijo Abi, mientras se sentaba en la silla libre junto a Spreen.

Los demás devolvieron el saludo.

— Les presento a mí compañera— la chica habló fuerte para que le prestaran atención, señaló con su mano a una chica pelinegra y de espléndida sonrisa, quien traía su propia silla para acomodarse en la cabecera que quedaba libre (ya que en la otra estaba Vegetta)—. Samantha, el sol del equipo— Abi palmeó con fuerza el hombro de la chica, haciendo que una mueca apareciera en su rostro—. A veces tiene cortocircuitos pero es parte de su carisma.

Samantha la miro como suplicando que se callara, la chica apretó una de sus mejillas.

Creo que ya saben todo—Samantha se encogió de hombros—. Fin de la presentación.

La mirada de Samantha se instaló en el rostro de Spreen, lo señaló, a punto de decir algo.

— Sí, si soy hermano de Abi. Sí, si somos idénticos. No, no somos mellizos— dijo, automáticamente, haciendo reir a los demás.

Los otros chicos se presentaron ante Samantha, aunque Abi ya le había hablado de ellos.

Rápidamente entablaron una conversación cómoda.

El castaño fue el primero en decirles cuál era su cabaña, y los invitó a ir hacia allá en el momento que quisieran.

Su conversación fue interrumpida cuando Rubius se acercó a la mesa, pidiendo que no se desvelarán mucho porque por la mañana se levantarán temprano y comenzarían las actividades.

Luzu, Spreen y Abi eran los encargados de retirar la mesa, dejar los platos en la cocina para lavarse y acomodar las sillas. Los otros tres chicos los esperaron en el umbral de la puerta hasta que terminaron.

Roier rápidamente buscó contactó con Spreen, y el castaño lo abrazó todo el camino hasta la cabaña.

Quackity se había pedido la cama individual, así que habían colocado todos sus bolsos en la litera de abajo, porque Luzu había insistido en ir arriba.

En la otra litera, Roier dormía abajo y Spreen arriba, y ese detalle no paso desapercibido por Luzu.

— Con esto confirmamos que Spreen va arriba— dijo.

Los dos chicos lo miraron, Spreen le dedicó una mueca de asco.

— Me disgustas— dijo, antes de voltearse, dándole la espalda, listo para dormir.

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