Ya pasaban de las 11:30 pm, Fernando conducía con un poco de desespero pues estaba ansioso, pero siendo muy prudente. Con forme se iba acercando al sitio indicado iba reconociendo las calles, en cuanto vio el edificio de la dirección lo reconoció de inmediato, la fachada estaba un poco cambiada, se veía más elegante de lo que recordaba, era un lugar hermoso que inmediatamente le trajo memorias increíbles. Solamente había estado allí una vez en su vida, pero había sido el día más maravilloso que podía recordar, la mejor noche que había tenido y había pasado hace muchísimos años. Nerviosamente estacionó su coche en frente y un joven le recibió las llaves para guardar el carro dentro, él entró al edificio y en la recepción una señorita muy amable lo atendió.
P- buenas noches señor, mi nombre es Patricia, estoy aquí para servirle ¿cuál es su nombre?
F- buenas noches señorita, Fernando Mendiola.
P- claro, lo estábamos esperando, tome, aquí está, puede subir por el ascensor al tercer piso, el número de puerta está en la tarjeta.
F- muchas gracias, buenas noches.
Fernando subió aquel ascensor recordando todo lo que ya había vivido en ese lugar. Su corazón estaba acelerado pues no sabía bien a que se iba a enfrentar o de que se trataba todo esto. Al llegar al tercer piso sus piernas temblaron un poco al salir del elevador, pero sacó fuerza y valentía del fondo de su ser para salir y caminar por el pasillo. Mientras avanzaba buscaba la puerta con el número 325, al ver aquella puerta sintió como si su corazón le fuera a salir por la boca, en su mente pasaban mil cosas al mismo tiempo, creía que estaba soñando, realmente no sabía lo que le esperaba allí dentro, se lo imaginaba, pero no quería crearse ideas que luego no fueran a pasar. Tímidamente introdujo la tarjeta para abrir la puerta y esta se abrió de inmediato. Al entrar le llegó un olor floral delicioso que inundó sus fosas nasales, la luz estaba tenue y había una música muy lenta y con un volumen bajo, apenas como para ambientar el sitio. Cerró la puerta detrás de él, luego de haber entrado por completo. Sus ojos aún estaban intentando acostumbrarse a la poca luz que había, pudo observar como habían velas en una mesa en la que se observaba también champaña y un par de copas. De pronto vio salir una silueta de la que parecía era la habitación, Fernando reconoció aquel lugar como la habitación en la que por primera vez había hecho el amor con Leticia. Al ver esa figura no pudo evitar sonreír al identificar a Lety, allí estaba parada, esperándolo, llevaba puesto un pantalón de tela holgado verde menta y una blusa entallada negra y unos tacones también negros que hacían lucir muy bien aquel cuerpo escultural por el que Fernando moría, era la misma ropa que usó para la fiesta que hubo más temprano, pero bajo esa luz se veían aún más espectacular.
L- por un momento pensé que no vendrías.
F- discúlpame, es que me tomó un poco de tiempo entender la nota, no sabía bien de que se trataba, bueno en realidad aún no lo sé bien.
L- ¿no te lo imaginas?
F- en este momento me estoy imaginando muchas cosas Lety – decía con risa nerviosa – pero mejor dime ¿por qué me citaste aquí?
Leticia se acercó lentamente a él y posó sus manos sobre los hombros de Fernando, mientras él tragaba grueso y la miraba a los ojos intentando no desviar la mirada hacia el escote tan sugestivo que llevaba aquella mujer, realmente no sabía qué hacer, nunca se había sentido sin movidas en una situación como esta con alguna mujer, pero es que tener de nuevo a Leticia tan cerca lo puso un poco nervioso, las señales eran claras, pero él no quería sobrepasarse y arruinarlo todo.
L- Fernando – dijo viéndolo profundamente a los ojos – hace días he querido hablar contigo pero no hemos podido, por eso te pedí que vinieras aquí, necesito decirte todo lo que siento – Fernando la escuchaba con atención pero seguía recto como un muñeco sin tan siquiera rozarle un pelo – tú sabes que desde el momento en que te conocí me enamoré de ti, eso hace más de 14 años, nuestras vidas tomaron rumbos diferentes y aprendí a vivir sin ti, fui muy feliz los años que estuve casada, mi hijo ha sido la mayor bendición que he tenido. Reencontrarte en aquella playa me hizo cuestionarme muchas cosas, nunca podría arrepentirme de nada en mi vida y agradezco tanto a la vida por haberte puesto de nuevo en mi camino. Al principio tuve dudas, pero era por culpa, me sentía culpable de sentir lo que sentí cuando te vi, sentí por un tiempo que estaba traicionando a Aldo, después de algunas semanas me di cuenta que todo estaba solo en mi mente y que mi corazón conocía la respuesta antes que mi cabeza. Llegaste a revolucionar mi vida, ver la forma en que tratas a mi hijo es algo que no tengo palabras para explicar lo que siento. Fernando, yo te amo, eres el hombre que he amado por muchísimos años, aunque ese sentimiento estuvo dormido por mucho tiempo, en el segundo en que te vi resurgió todo lo que creía olvidado, tenerte cerca estas semanas me ha hecho comprender que ya no puedo vivir sin ti, no puedo vivir sin tu neurosis, sin tus bromas, sin tu manera de verme, sin tus detalles, no ha pasado un día desde que volviste en que no piense en ti, en tu cabello, en tus labios, en tus manos, no tienes idea de la fuerza de voluntad que me ha sostenido para no lanzarme a tus brazos cada vez que te veo o estamos a solas, las veces que me he tenido que morder las manos para no correr a besarte. Fernando yo te amo, hace muchos años, para mi cumpleaños, me trajiste aquí y me hiciste la mujer más feliz del mundo porque fue la primera vez que me hiciste el amor, por eso te pedí que vinieras hoy aquí, en tu cumpleaños para poder decirte todo esto que ya no puedo seguir callando.
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¿Qué será de nuestro amor?
FanficEs una historia basada en la novela La Fea más Bella, con los mismos personajes originales, añadiendo algunos nuevos, pero es desde la perspectiva de qué hubiera pasado si Lety y Aldo hubieran tenido un buen matrimonio, pero la pandemia del COVID-19...